Antes del Covid-19, se transmitían al día unos dos mil webinars formativos a más de 870 mil participantes. En 2020, primer año de pandemia, fueron casi ocho mil eventos y más de 3,2 millones de asistentes diarios. Fue el “boom” de las videollamadas. En 2021, las videoconferencias se han generalizado en los negocios y su desarrollo es aún más espectacular.
La demanda de soluciones para videoconferencia se dispara hasta extremos insospechados hace sólo tres años (2019). Los confinamientos y cierres temporales de los negocios y empresas, así como los obstáculos para desempeñar normalmente una actividad profesional, pusieron de relieve la importancia del teletrabajo como alternativa a la jornada presencial en oficinas, que no se podía mantener en los peores tiempos del coronavirus.
La fórmula triplicó el número de “teletrabajadores” en España, en todas aquellas funciones en las que no fuera imprescindible la presencia física del profesional. Se trataba de dar continuidad a los negocios y actividades en la medida de lo posible. Con ello se ha multiplicado también el número de videoconferencias. Hoy, más del 70% de los directivos de empresas en España están abiertos a los sistemas de trabajo flexible y en remoto.
Potencial de desarrollo
En 2021, el aumento de las reuniones a distancia ha sido exponencial en nuestro país, con un crecimiento del 306%. Pero ha sido aún mayor en como Polonia (1.156%), Grecia (868%), Alemania (519%), Francia (423%) o Italia (310%), que forman parte de nuestro entorno natural sociopolítico y económico.
Esto demuestra que en España aún hay un importante potencial de desarrollo de las actividades y negocios a través de las videoconferencias, hasta equipararnos al nivel medio de este entorno sociopolítico y económico al que pertenecemos.
Soluciones para videoconferencia
Se demandan más y mejores soluciones tecnológicas para poder trabajar desde casa con el máximo nivel de productividad. Por eso es fundamental recurrir a las marcas de garantía y referencia, que asegfuren calidad en los procesos.
Soluciones como una cámara web específicamente diseñada como parte esencial de las herramientas avanzadas de trabajo, que permitan al profesional ofrecer su mejor imagen al otro lado de la conexión. Soluciones como un buen dispositivo de sonido (altavoces, micrófonos, earphones inalámbricos, con conexión bluetooth…)
También soluciones relacionadas con la telesalud: herramientas capaces de hacer monitoreo de pacientes, visitas médicas virtuales, dispositivos de telemetría y biometría, o equipamientos móviles de telemedicina, con flexibles productos de videoconferencia integrados con las soluciones de atención móvil.
Lo importante, además, es poder personalizar los equipos con aplicaciones eficaces y fáciles de utilizar, que mejore el funcionamiento del entorno hardware, como los ratones del ordenador, o los teclados y los touchpads.
Dinamizar el trabajo
Algunas encuestas señalan que el tiempo dedicado a las videoconferencias se ha quintuplicado en las empresas, sin contar con las videollamadas mantenidas entre los ciudadanos particulares. Y no es que pasemos más tiempo en una única videoconferencia (unos 50 a 55 minutos, como promedio máximo), sino que celebramos dos o más videollamadas al día y, aunque individualmente duren algo menos de tiempo, los minutos de cada una son acumulativos a los minutos de las demás.
Es decir; nos pasamos cinco veces más tiempo hablando con otras personas a través de la pantalla de un terminal.
Así, el trabajo y la economía se han dinamizado y su quehacer cotidiano ha quedado vinculado al entorno digital. Con este punto de partida, es evidente que aumenta la demanda de soluciones eficaces y de tecnología avanzada, para mantener un número creciente de videollamadas al cabo del día, y que éstas pueden ser dentro de una misma ciudad, dentro de un mismo país, entre diferentes países y de un extremo al otro del planeta.
Las nuevas infraestructuras de comunicación salvan cualquier distancia y están dando una nueva perspectiva a las concepciones del espacio y del tiempo. Pero hay mucho más en juego. Incluso la economía de cada nación.