Es un dicho popular: «la primavera la sangre altera». Es algo que se repite año tras año, pero en este 2020, debido a los desajustes climatológicos que estamos sufriendo en España, con lluvia, vendavales, nieve y frío alternándose con el calor, hacen que la alteración sea más profunda e incida intensamente en las personas que padecen depresión y angustia, acrecentando ambos males. Los cambios profundos en el tiempo atmosférico obligan a que el cerebro se reajuste.
Sobre la depresión en primavera
El doctor José Antonio López Rodríguez, vicepresidente de la ASEPP, la Asociación Española de Psiquiatría Privada, explica al autor de un artículo publicado en 20 minutos, en el año 2013, las relaciones que existen entre la depresión y la primavera. De sus palabras hemos extraído lo que viene a continuación.
Influencia de la luz
La luz influye notablemente en el cambio del estado de ánimo, sobre todo cuando se producen cambios bruscos, cuando se pasa de una situación en la que priman la oscuridad y la humedad a otro en el que aumenta el nivel de luz, deja de llover y suben las temperaturas. Esto ocurre todos los años en el tránsito del invierno al verano, es decir, durante la primavera. Este año las alteraciones en el invierno reciente, próximo a finalizar, como hemos indicado, son más profundas debido a las fluctuaciones en el clima, pasando de días calurosos y luminosos a días fríos, oscuros y lluviosos.
Más alteraciones somáticas
No solo las depresiones surgen y/o se intensifican en la primavera, también se dan otras alteraciones de tipo somático, como la gastritis, alergias y diferentes problemas de tipo digestivo. Todo ello repercute en el sueño, impidiendo el descanso nocturno, lo que provoca cansancio y estados de irritabilidad.
Personas propensas a la depresión
Hay personas en las que los cambios en la climatología producen más trastornos que en otras, son más propensas a la depresión, que sufren en menor grado durante el resto del año, por lo que deben intensificar su tratamiento farmacológico o cambiarlo, siempre bajo prescripción médica. Una persona no afectada por la depresión sufre estos ataques durante un periodo máximo de 10 días, si no es así debe someterse a una consulta con su médico de cabecera o un especialista.
El conocimiento de uno mismo
El doctor López Rodríguez explica que la prisa influye negativamente en el devenir del día a día, provocando el surgimiento de estados depresivos. En estos momentos que nos ha tocado vivir, no disponemos ni de momentos para conocernos a nosotros mismos. Debemos querernos más, tomar un tiempo para analizar lo que nos está pasando y diseñar las medidas que apunten a una solución, a la recuperación de estados de ánimo positivos.