En estos momentos la agitación social prima por doquier. En todos los países, en unos más que en otros, existen enfrentamientos diarios entre diferentes personas. En algunos prima la violencia, como si el odio fuese una razón de ser.
La empatía, según lo que nos dice actualmente la ciencia, contribuye a que nuestra imaginación sea más poderosa. Un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Universidad de McGill revela cómo las diferentes formas de experimentar la empatía afectan a nuestra voluntad de ayudar a los demás.
Lo que nos dicen sobre la empatía
Signy Sheldon, profesora de psicología de McGill y coautora del estudio, nos dice lo siguiente:
«La empatía es la capacidad de comprender la situación de otra persona y es vital para las conductas prosociales. Sin embargo, sabemos que la empatía no es solo una cosa: podemos experimentarla de manera muy diferente, ya sea como angustia personal o preocupación compasiva por esa otra persona«.
Hasta ahora se ha considerado que la empatía se centra en como imaginar todo lo necesario para ayudar a otra persona. Ello puede traer consigo la compasión, pero no significa que la situación de otra persona afecta a la empatía.
El nuevo estudio ha descubierto otras formas de mostrar la empatía, la denominada angustia personal, lo que trae consigo la creación de medidas con el fin de ayudar. Cuando imaginamos vívidamente los problemas de otra persona en nuestra mente, nos hace sentir más su dolor y nos motiva a echar una mano.
Ello trae consigo un proceso centrado en descifrar lo que marca el comportamiento humano, enfocado en el vínculo existente entre nuestras experiencias mentales y acciones prosociales. Ello trae como consecuencia el que en algunas situaciones con determinadas personas éstas muestren más empatía que otras.
La empatía y las acciones que la acompañan
Existen varias circunstancias en las que la empatía juega un importante papel. Cuando ocurre una desgracia con un familiar, un amigo o un conocido, lo normal es que el dolor te aqueje y se lo muestres a la persona o personas afectadas.
Lo que ha dicho Sheldon nos sirve para ver la acciones que lleva implícitas la empatía. Estas son sus palabras: «Nuestros experimentos revelaron que cuando las personas simulaban escenarios angustiantes de otros individuos, sentían mucha más angustia personal que cuando estos escenarios no eran simulados. Curiosamente, también descubrimos que imaginar estos escenarios de tal manera aumentaba la voluntad de ayudar a ese individuo«.
Conclusión
Si todas las personas actuásemos en función de lo que marca la empatía, veríamos todo lo que ello trae consigo. Las relaciones sociales serían mejores, tanto entre personas conocidas como desconocidas. Nos ayudaríamos entre nosotros. Nunca criticaríamos lo que hace una determinada persona. Lo que haríamos sería ayudarla si fuese necesario. ¡Y el mundo sería mejor!