Cada día se descubren nuevos engaños en Internet. Sabemos que la mayoría utilizamos la red de redes para entretenernos, para comprar, para comunicarnos a través de las redes, o para buscar información, entre otras acciones.
Las infecciones que provoca el SARS-CoV-2 nos atañen a todos. Algunos estamos más preocupados que otros, pero ello no significa que nos tengamos que dejar llevar por todo lo que se publica. Hay muchos bulos y noticias falsas.
Lo peor de todo es cuando nos dejamos llevar por una propuesta centrada en el engaño. Ello implica que proporcionemos una cantidad de dinero por conseguir algo que no existe. No podemos caer en la trampa de adquirir la vacuna de coronavirus que nos ofrecen en la dark web (la web oscura).
Ya son varias las personas que han caído en la trampa desde que este tipo de ventas entró en escena desde finales del pasado año. Parece imposible que haya personas que pagan entre 250 y más de mil dólares por comprar la vacuna del coronavirus.
¿Qué pasa con la falsa vacuna?
La mayoría, como ya hemos dado a entender, deseamos vacunarnos cuanto antes, pero lo que no podemos hacer es caer en la trampa que nos describen en Check Point. Aunque la noticia es del mes de diciembre de 2020, el engaño continúa, tal como hemos indicado, y son muchas las personas que efectúan la compra.
A pesar de que todavía no ha sido aprobada, son varios los sitios en los que está a la venta la vacuna de Johnson & Johnson. También prometen el envío de la vacuna de Pfizer.
Varios investigadores han pagado 500 dólares por una dosis de la citada vacuna en alguna de las amrketplace anunciadas en la dark web. Utilizaron Telegram, y también WhatsApp, para establecer la comunicación con los vendedores y pagaron con bitcoins.
Lo peor de todo es que, tras pasar unos días sin recibir el pedido y tratar de ponerse en contacto con el proveedor, se comprobó que la cuenta había sido eliminada, que la tienda había desaparecido.
La venta continúa
A pesar de que son varias las personas que han dado a conocer el fraude, las propuestas de venta siguen existiendo. Hay anuncios que no muestran quienes han creado la vacuna, y otros sí, pero ello no significa que la información sea real.
La mayoría de las vacunas se envían desde Estados Unidos, Alemania y Francia. Los datos de contacto suelen ser una dirección de correo electrónico y un número de teléfono, el que sirve para la comunicación a través de la aplicación de mensajería.
La información que se tiene hasta ahora no indica si desde España se ha realizado alguna compra, pero sí desde otros muchos países. Está claro que, aunque se pretendiese enviar la vacuna a un domicilio particular, ésta no podría llegar en las condiciones adecuadas, las necesarias para mantener la temperatura entre 70 y 80 grados centígrados bajo cero.
Conclusión
Nadie podrá evitar que este engaño y otros similares continúen. Solo los usuarios de Internet pueden arbitrar soluciones. La mejor de todas es ser desconfiados. Ello servirá para que no se tomen decisiones de las que nos podemos arrepentir. Utilicemos el sentido común.