El disparate nació con el hombre, o tal vez antes, y no ha desaparecido, sigue con nosotros. Hubo, hay y habrá disparates, antes y ahora. Se dice que hoy a los jóvenes no les importa que lo que escriben esté plagado de faltas, les resbala (en lenguaje cheli) que sus mensajes infectados aparezcan en la red y se queden ahí para la posteridad.
Algunos estudiantes no hacen lo que deben, no escuchan a sus profesores y no hurgan en los libros de texto. No les importa que los demás se rían cuando responden a determinadas preguntas.
Los disparates que recojo a continuación pertenecen a exámenes realizados en los años 50 del pasado siglo. Lo hago para demostrar que mis afirmaciones del párrafo anterior son ciertas, que siempre hubo malos estudiantes. Como decía mi padre, la ignorancia es muy atrevida.
Algunos disparates
Respuestas a exámenes de segundo curso de bachillerato de 1958 (alumnos de 12 – 13 años)
Ley de OHM: Es la unión del carbono con el oxígeno.
Función clorofílica: Consiste en regar las hojas.
Oído interno: Es el tambor.
La médula espinal: Es un tubo de 10 a 12 metros donde decían los antiguos residía el alma.
El páncreas: Tiene forma de pan, y por eso se le llama pan-creas.
Partes de la célula: Membrana, tallo y hojas.
Bulbo raquídeo: Tiene forma ondulada y por él pasa el bolo alimenticio.
El oído medio: Tiene la bomba de Eustaquio que sirve para refrigerarle.
Las bacterias: Son unos vasos que cuando se pinchan duelen.
Reválida de 4º del año 1958 (alumnos de 14 – 15 años)
- Cuando se descubre oro, se le llama filón.
- El mármol es muy apreciado para los «musoleos».
- El mercurio sirve para medir la temperatura y se llama termómetro clínico.
- El azufre es «muleable».
- Los vivíparos son lo contrario de los ovíparos, entre ellos está el hombre, que tiene memoria, entendimiento y voluntad.
- La oruga se mete en el capullo o capuchón y muere, pero no muere sino que luego sale una palomica.
- Se entiende por oviparismo el arte de poner huevos.
- Algunos animales nacen raquíticos, como los conejos.
- Entre oruga y gusano no hay más diferencia que unas veces se les llama oruga y otras gusano.
Conclusión
Algunos dirán que ha pasado mucho tiempo y que lo que mostramos en este artículo ahora ya no se da, que los disparates ya no llegan a ese nivel. No estoy de acuerdo con esa afirmación, los disparates siguen existiendo en todos los niveles y, hay que reconocerlo, con mayor intensidad. ¿No estás de acuerdo? Háznoslo saber en la sección de comentarios.
Fuente | Antología del disparate, de Luis Díez Jiménez