El ordenador puede ser considerado como la herramienta más importante del pasado siglo XX, el fundamento de la informática, el soporte del estallido informático. Se trata de un instrumento que ocupa un espacio entre el ábaco y la inteligencia artificial. Y lo decimos basándonos en lo que consiguió antes del año dos mil. De ahí en adelante la evolución es imparable, teniendo cada paso un largo alcance.
Con los ordenadores nace la informática: ciencia y técnica del tratamiento de la información por medio de máquinas automáticas. No ha de confundirse la informática con las máquinas – hardware, en inglés – u ordenadores y materiales que ella utiliza. Ni tampoco con el conjunto de órdenes e instrucciones que gobiernan el funcionamiento de esos equipos, los programas o software que mantiene vivos a estos equipos.
Informática e información
Está claro que no puede confundirse informática con información. Información es el contenido, la materia prima que la informática genera a través de sus sistemas de proceso de datos.
La máquina, unida a los programas que debe elaborar o tratar, es capaz de computar, calcular, dar forma, seleccionar, o poner en orden todo lo que se intenta. La informática no crea información, simplemente la transforma.
Evolución de los ordenadores
Los ordenadores llevan ya unos cuantos años con nosotros. En el año 1941 Konrad Zuse puso en marcha el primer ordenador. Desde ese momento, y sobre todo cuando el siglo XXI comenzó su andadura, la evolución de estos equipos ha alcanzado altas cotas.
Si le echamos un vistazo al VIC-20 de Commodore que tengo ahora mismo a mi derecha y lo comparamos con el que utilizo para escribir este artículo, un Mac con procesador M1, vemos que las diferencias de funcionamiento son abismales.
Los primeros ordenadores, de los años cincuenta del pasado siglo, eran de gran tamaño, de gran coste y exigían un ambiente acondicionado. Servían casi solo para hacer sencillos cálculos computacionales. Su manejo exigía el conocimiento de complicados y engorrosos lenguajes que solo conocían unos pocos.
Durante los años sesenta y setenta se producen grandes avances gracias a la microelectrónica. Los ordenadores son cada vez más pequeños, más potentes y más rápidos, capaces de llevar a cabo funciones complejas. Y algo a tener muy en cuenta, son más baratos.
Los lenguajes implementados en los ordenadores y necesarios para su manejo son cada vez más asequibles. Surgen las bases de datos, aparece la conexión entre equipos a través de un cable, y los microprocesadores son capaces de establecer una mejor comunicación entre hardware y software.
A partir de 1977
Cuando en 1977 aparece el microordenador personal, la informática irrumpe en la vida cotidiana de cualquier individuo y organización. Son de fácil uso. Ya no se requiere ser un experto en informática. Su precio ya no es tan caro, con lo que son accesibles para una gran cantidad de personas y organizaciones.
No solo sirven para el manejo de cifras. Sus amplias capacidades sirven para el procesamiento de información y de textos. Pueden actuar como terminales y también como almacenes de datos.
Por todo ello la informática se descentraliza, convirtiéndose en un instrumento de funciones múltiples y variadas. Aparecen unidades, ordenadores, con funciones específicas, dedicadas al diseño gráfico y artístico, a la arquitectura y a otros aspectos relacionados con la tecnología.
La evolución continúa
El avance no termina. Surgen una gran cantidad de proyectos, a principios de los años 80, enfocados en la que se ha denominado la quinta generación de ordenadores. Se dan los primeros pasos enfocados a la inclusión de la inteligencia artificial en los ordenadores.
En el año 1983 surge Internet, la red de redes, la que ha marcado el antes y el después en el terreno de la informática y los ordenadores. Aunque la base es anterior, el año 1983 está considerado como el momento en que el Departamento de Defensa de los Estados Unidos comenzó a usar el protocolo TCP/IP en su red Arpanet, creando así la red Arpa Internet.
A modo de curiosidad, fue en el año 1996 cuando nació Batiburrillo. Aún no habíamos comprado el dominio, pero ello no significa que el sitio web ya había sido bautizado con el nombre que hoy conserva. Lo hice así porque mis pretensiones fueron siempre mostrar en las diferentes páginas una mezcla de cosas dispares, sin aparente conexión.
En el mes de agosto del año 1998, dos años después, salió a la luz Google, gracias a que Andy Bechtolsheim (cofundador de Sun Microsystems) extendió un cheque por valor de 100.000 dólares a Larry y Sergey, lo que les permitió constituir oficialmente Google Inc, tal como nos cuentan en De un garaje al Googleplex.
Conclusión
Y el proceso continúa. Hoy, no hay dudas al respecto, no podríamos vivir sin Internet. Debemos estar al tanto de sus avances si no queremos que lo obsoleto marque nuestro devenir. Cada día, si nos preocupamos por estar al tanto de lo nuevo, descubrimos algo. La IA (Inteligencia Artificial) está marcando el paso entre un antes y un después. El cambio, está claro va a ser de alto alcance. ¡Permanezcamos atentos!
NOTA: He obtenido parte de la información para escribir este artículo del libro La Revolución de la Información, publicado en el año 1982 y escrito por Raúl Rispa Márquez.