La metanfetamina es una de las drogas más potentes que existen, la que crea más adicción y, en consecuencia, más dependencia. Según las declaraciones de un grupo de científicos a la Journal of Experimental Biology, hechas hace ya más de cuatro años, la metanfetamina provoca un estado de euforia en las personas que la ingieren, produciendo un ostensible aumento en su autoestima y en sus capacidades para obtener placer sexual.
Caracoles para un estudio
La doctora Barbara Sorg, de la Universidad del Estado de Washington, que ha dirigido un estudio con caracoles, a los que se les ha inyectado metanfetamina, ha dicho que cuando una persona se ha enganchado a esta droga le es muy difícil romper el hábito. Se eligió el caracol de estanque para hacer el estudio debido a que permite analizar los efectos de la droga en una célula cerebral individual.
Recuerdos imperecederos
Esta droga produce recuerdos de larga duración actuando, en las personas que la consumen, como si de un proceso de aprendizaje se tratase, están aprendiendo la adicción, En este proceso de aprendizaje se incluyen también todos los elementos que rodean al enfermo. Si éste se somete a una terapia de desintoxicación en una clínica especializada, cuando vuelve a su vida normal, los recuerdos de olores, colores y demás vivencias le hacen volver a caer en la trampa de ingestión de metanfetamina.
Detalles de los experimentos
Con el fin de averiguar por que la memoria tiene tanta influencia en los que se han enganchado a esta droga, han utilizado los caracoles. Su sistema nervioso es muy simple, por lo que es más fácil efectuar el seguimiento de procesos. Cuando estos animalillos, con respiración cutánea, se encuentran en un medio acuoso con poco oxígeno, salen a la superficie abriendo un tubo de respiración. Con el fin de que no subiesen a la capa superior del estanque les taponaron este tubo. Se hizo con caracoles drogados y no drogados. Tanto unos como otros aprendieron a no salir a la superficie para solucionar sus problemas respiratorios. Los no drogados olvidaron lo aprendido al cabo de veinticuatro hora, pero los drogados no lo olvidaron a pesar de que ya no tenían droga en su cuerpo.
La dopamina y los recuerdos
En experiencias anteriores se comprobó que hay una neurona en los caracoles que se ocupa de que aprendan y guarden los recuerdos. Esta neurona libera una sustancia, la dopamina, que en los mamíferos está íntimamente relacionada con los circuitos nerviosos cerebrales vinculados a la drogadicción.
Cambios en el ADN
El grupo de científicos dirigido por la doctora Barbara Sorg se ocupó en analizar esa neurona y averiguar lo que cambia en ella. Se sabe ya que se producen cambios en el ADN cuando se ingiere la droga.
Resultados extrapolables al ser humano
El estudio sirvió para diseñar tratamientos contra la adicción a drogas que inciden en la memoria. Se tratarán de atacar recuerdos específicos con el fin de que el paciente pueda olvidarlos. Habrá que averiguar como se forman estos recuerdos y como se pueden olvidar, y el mejor camino para conseguirlo es experimentando sobre una única célula, la que conforma el cerebro del caracol. Los resultados se podrán extrapolar al ser humano.
Información obtenida de un artículo publicado en BBC News (en inglés).