Todos sabemos de la existencia de las pirámides en Egipto. Cuentan que, siendo faraón Amenofis IV, en uno de los monumentos funerarios menores, una musaraña complicó la vida de los sabios oficiales. Un día, al parecer, el pintoresco bichejo se decidió a comprobar el camino que recorrería para llegar al vértice superior partiendo de un vértice de la base de aquella pirámide regular, y siguiendo una trayectoria perpendicular al lado opuesto (ver figura). Las caras laterales de la figura poliédrica eran triángulos isósceles de 4’5 m de base y 6’2 m de altura.
El faraón, curioso, quiso saber, para transmitírselo a sus súbditos, el total del camino. Reunió a los matemáticos, físicos, geómetras… y les planteó el problema.
¿Cuál es la longitud recorrida por la musaraña?