La policía utiliza desde tiempo inmemorial las huellas dactilares para identificar a terroristas y demás criminales. Más reciente es la utilización del iris del ojo en el mismo sentido. Pero desde hace ya cerca de cuatro años, según los estudios teórico – prácticos del doctor Adrian Evans, profesor en la Universidad de Bath, en el suroeste de Inglaterra, la nariz es el mejor elemento a tener en cuenta a la hora de luchar contra el terrorismo, la inmigración ilegal, el fraude y el robo de identidad.
No hay dos narices iguales
Cualquiera puede ocultar sus ojos con unas gafas de sol, con lo que el iris no podrá ser captado. Para examinar las huellas dactilares se necesita que un individuo deje una marca de las mismas en alguno de los lugares que ha tocado. La nariz es personal e intransferible (siempre que no haya una cirugía estética por medio) y fácil de ver. Dicen que no hay dos narices iguales.
Base de datos de narices
Por medio de un escáner, conocido como PhotoFace, se pueden hacer y trabajar con cuatro fotos de una nariz hechas en rápida sucesión desde ángulos diferentes. A partir del análisis de estás imágenes, y con una rápida búsqueda en una base de datos, se podrá identificar de inmediato a la persona poseedora de tal apéndice nasal, si es que aparece fichada.
Visto en Telegraph
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Actualización: A pesar de la propuesta, efectuada como ya hemos dicho hace cerca de cuatro años, el método de identificación no ha sido adoptado por las fuerzas del orden. Por lo que se deduce, tras examinar el estudio realizado por el doctor Adrian Evans, que existen algunas notables dificultades para que la nariz, como arma en la lucha contra el terrorismo, sustituya a los métodos tradicionales. Al parecer son dos los aspectos en los que cifrar la no adopción, la dificultad para crear la base de datos que contenga las cuatro fotos de cada una de nuestras narices, y el sistema o sistemas empleados para capturar e inmortalizar la foto o fotos de la nariz de un criminal.
