No todo es lo que aparenta, por ello cuando atribuimos el calificativo de enferma a una persona obesa (gorda en plan despectivo), podemos estar equivocados. Según un reciente estudio de la Universidad de Pennsylvania se puede ser obesa y disfrutar de una vitalidad envidiable, algo que tal vez no puedan decir las personas delgadas. Los autores del estudio han explicado que existen personas con obesidad metabólicamente saludable.
Obesidad y enfermedad no viajan juntas
La calificación de persona obesa proviene de la aplicación del IMC, o índice de masa corporal, una fórmula que relaciona la altura de una persona con su peso. Es la forma más simple, y a la vez utilizada, de medir o valorar la gordura. (Los críticos acérrimos de sus semejantes no utilizan ni este índice, su valoración es muchos casos subjetiva, se basan sólo en lo que ven sus ojos y dicta su cerebro, sin analizar valores).
Varios médicos han observado que personas con un IMC alto tienen un cuerpo sano, y responden mejor a ciertas dolencias que personas delgadas. Una enfermedad tan común como la diabetes pueden ser grave en personas con peso normal y no así en personas obesas. Lo mismo ocurre con las que se tienen que someter a diálisis, que alcanza un alto riesgo de mortandad en las personas delgadas.
Ya son muchos los médicos que aceptan que el IMC no sirve para medir la salud de las personas, que las personas obesas no están propensas a desarrollar enfermedades relacionadas con la obesidad. Así, en Estados Unidos, se sabe que aproximadamente 19 millones personas de peso normal corren altos riesgos de salud, aunque no lo sepan, y que 24 millones de estadounidenses no corren ningún riesgo a pesar de estar gorditos.
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