Aún lo comentábamos esta mañana, cuando salimos a pasear con Rula. Nos encontramos con dos parejas que también iban con sus mascotas, cada una con su perro, un Yorkshire y un Snauzer, respectivamente. Nos referíamos a algo que nadie puede desdeñar, la cada vez mayor cantidad de animales, habitualmente perros y gatos, que viven en muchos hogares. No hay que disponer de una casa de campo, los pisos también se adaptan para que las mascotas convivan con los humanos.
El gato y su pasarela
De la misma forma que es habitual ver a mujeres, hombres y niños paseando su perro por calles y plazas, es extraño ver a alguien paseando su gato. El gato se queda en casa. Cuando uno de estos animales encuentra la posibilidad, sale a dar una vuelta por su cuenta. Porque a los gatos les gusta el aire libre, que la brisa les mueva los bigotes y les acaricie el pelo. Algunos no pueden disfrutar porque están día y noche encerrados entre las cuatro paredes de un piso.
Viajando por Internet he encontrado casualmente un sitio que responde al nombre de Nekomemo. Vi la imagen que os ofrezco arriba y, si he de ser sincero, me sorprendió gratamente. La web es japonesa, así que ni corto ni perezoso activé el traductor de Google que se nos ofrece en Google Chrome. Leí los comentarios y deduje que los propietarios de la casa idearon un sistema para mantener a su gato feliz, sin que corra riesgos. Le construyeron un tinglado, al que he llamado la pasarela del gato, para que el menino puede moverse a sus anchas, disfrutando del aire libre. Genial idea, ¿no crees?