Desde siempre ha existido una teoría sobre la posibilidad de que la resistencia a los antibióticos fuese anterior a la utilización de los mismos. Hasta ahora no se ha podido confirmar la hipótesis, pero el análisis del ADN de una bacteria con 30.000 años de antigüedad ha servido para confirmar que dicha resistencia existía mucho antes de que el hombre utilizase estos productos como medicamentos.
Los antibióticos existían como tales antes de que se utilizasen con fines terapéuticos y de que algunas bacterias eran capaces de resistir sus acciones. Este descubrimiento obliga a que se utilicen con moderación los medicamentos que los contienen. Los genes que generan la resistencia pueden autogenerarse y distribuirse en bacterias que no los contienen, lo que entraña un riesgo en los tratamientos infecciosos.
Los antibióticos son sustancias producidas por hongos, algas y bacterias que sirven, entre otras funciones, como elementos de protección. Son muchos los microbios que han habilitado sistemas de defensa para evitar la acción de los antibióticos. Tras millones de años de enfrentamientos químicos, existen dos tipos de genes, los que son capaces de producir antibióticos y los que proporcionan resistencia a los mismos.
El Dr. Wright, uno de los miembros del equipo de investigadores que han llegado a estas conclusiones, ha dicho: «La resistencia a antibióticos es parte de la ecología natural del planeta, y este hallazgo es una advertencia acerca de cómo usar esto. Los antibióticos son impresionantes recursos que deben ser utilizados cuidadosamente».
Visto en The New York Times