La conservación de las algas marinas es fundamental para que no se produzcan alteraciones climáticas, para el mantenimiento de la productividad pesquera y para la seguridad alimentaria. Así lo exponen en la revista digital Science, tras exponer los resultados de un estudio dirigido por el Dr. Richard Unsworth de la Universidad de Swansea y la Dra. Leanne Cullen-Unsworth de la Universidad de Cardiff.
Las algas marinas son plantas que se distribuyen a través de las costas tropicales y templadas de todo el mundo, y que sirven como mantenimiento para muchas especies de peces y de otros animales, como pueden ser las tortugas marinas.
A pesar de su valor, desde el año 1990 se está produciendo una notable pérdida en estos pastos necesarios para el mantenimiento de una gran cantidad de animales marinos. La falta de cuidado por nuestra parte, sin control en la pesca y en otros menesteres, hacen que cada año se produzca una pérdida del siete por ciento en el conjunto de algas marinas. Ello provoca una ruptura en el equilibrio que convierte a nuestro planeta en un espacio sostenible.
Con el fin del mantenimiento de la biodiversidad es necesario que exista una alta protección de las algas marinas. La ausencia de diversidad en esa especie de pasto no impide que sus brotes, raíces y rizomas traigan consigo una gran diversidad de otros organismos, como pueden ser los pequeños peces.
Si se toman las medidas adecuadas, combinando la ciencia, la voluntad política y financiera, será posible que estas praderas de algas marinas prosperen y contribuyan al mantenimiento de ese equilibrio planetario. Así, en Indonesia, en donde se producen las mayores pérdidas de pastos marinos, también han surgido una serie de iniciativas que sirven para su conservación.
El Dr. Richard Unsworth, del departamento de biociencias de la Universidad de Swansea, dijo lo siguiente: «Al desarrollar colaboraciones a largo plazo con ONGs comunitarias, hemos podido comprender los problemas que enfrentan estos ecosistemas desde un punto de vista más holístico y desarrollar soluciones locales a medida. En el Parque Nacional de Wakatobi, en Indonesia, hemos facilitado la restauración de pequeñas cuencas fluviales con árboles mediante la creación de un plan de incentivos. Los agricultores del Wakatobi ahora están cultivando árboles frutales para proteger los pastos marinos y los arrecifes de coral«.
Está claro que la conservación de estos pastos marinos, debido sobre todo a lo ya apuntado y también a la contaminación incontrolada, no es tarea fácil. Lo que si es evidente es que hay que arbitrar todos los medios necesarios para impedir su decadencia.