Los millones y millones de células que forman el cuerpo humano parten en realidad de una sola célula, el cigoto, formada a partir de la fusión del espermatozoide masculino con el óvulo femenino. Este hecho, que en sí parece prodigioso, tiene su origen en dos características básicas de la célula: su capacidad de reproducción y de diferenciación.
Multiplicación celular
La multiplicación celular se lleva a cabo mediante un complejo proceso, denominado mitosis, en el cual la célula madre se desdobla en dos células hijas, con idéntica carga genética -la misma estructura en sus cadenas de ADN- que la madre y, por tanto, capaces de desarrollar las mismas funciones.
Estas nuevas células pueden a su vez dividirse, de ahi que la mitosis y la duplicación del ADN existente en el núcleo -que tiene lugar durante este proceso— sean básicas para mantener las características peculiares de cada tipo de célula.
La mitosis
La mitosis es un proceso que se desarrolla en cinco fases (profase, prometafase, metafase, anafase y telofase), cuya duración, dependiendo del tipo de célula, puede oscilar entre veinte minutos y dos horas. Una vez formadas las dos células hijas, éstas a su vez tienen un periodo de vida que oscila también según las células (120 días para los glóbulos rojos, menos de una semana para los leucocitos y 36 horas para algunas células del epitelio intestinal, por ejemplo), y tras el cual, la célula vuelve a experimentar una nueva mitosis, completándose así el ciclo celular. De la efímera vida celular es un exponente el dato de que en cada segundo mueran, en el cuerpo humano, de 40 a 50 millones de células que rápidamente son sustituidas por otras de las mismas características.
Factores que activan la mitosis
El proceso de división celular no es en ningún modo caprichoso ni anárquico, si bien está influido por multitud de factores que inhiben o activan la mitosis, tales como la temperatura, la presión atmosférica, la acidez del medio, etc. Sin embargo, hay casos en que este proceso si tiene lugar de una forma anárquica, encontrándose con que las mitosis se producen con una mayor velocidad y dan lugar a nuevos elementos que en nada se parecen a sus predecesores. El día en que se establezca el porqué de esta desviación se habrá avanzado enormemente hacia la curación del cáncer.
La mitosis y la formación de un organismo
La mitosis sirve perfectamente para explicar cómo de una sola célula inicial se puede llegar a formar un organismo compuesto por millones de células. Sin embargo, ¿cómo de una sola célula llegan a formarse células tan diferentes como las que forman el cuerpo humano?
La diferenciación celular comienza durante el proceso embrionario, en el cual, el cigoto comienza a dividirse dando lugar primeramente a la mórula y, posteriormente, a la blástula, que aparece como una formación hueca tapizada por una capa de células que forman el denominado blastodermo. A partir de esta capa, y mediante una serie de movimientos celulares, se van a originar, por un proceso que todavía no es suficientemente conocido, tres capas de células germinales -ectodermo, endodermo y mesodermo- en un proceso que se denomina gastrulación.
Estas capas u hojas germinativas están formadas por células que poseen ya características diferentes y a partir de las cuales se aíslan y diferencian células de muy diversa estructura y destinadas a misiones muy específicas. Así, del endodermo se diferencian las células que luego formarán el tubo digestivo y las glándulas anejas, tales como el hígado y páncreas; del ectodermo derivarán las células epiteliales y las nerviosas, y del mesodermo saldrán las que formarán la mayor parte de tejidos y órganos, como los músculos, la sangre, los huesos, los cartílagos, etcétera.
Fuente: Temas Clave de Aula Abierta Salvat – El cuerpo humano. Publicado en el año 1982
Autores: E. Ortiz de Landázuri y Juan José Barbería