Es inútil, a pesar de todas las recomendaciones existe un enorme número de personas, de fumadores, que cuando terminan su cigarro tiran la colilla al suelo, estén donde estén. Mientras no se tomen medidas tajantes no habrá solución, a pesar de la advertencias sobre tales hechos, que afectan a nuestras vidas.
Según los resultados de un estudio realizado a mediados de 2019, las colillas de los cigarros impiden el crecimiento normal de las plantas. Sus acciones contaminantes traen consigo que la germinación y las características de los brotes sean negativas, impidiendo un desarrollo normal.
Cada año mueren 8 millones de personas en el mundo por culpa del tabaco. Siete millones son fumadores activos y un millón pasivos. Pero aún hay más, nuestro planeta, como ya hemos indicado, se ve también afectado. Se producen una gran cantidad de residuos no biodegradables que contaminan los mares y los suelos. Cada colilla permanece sin degradarse entre uno y diez años.
Si contamos el número de fumadores activos en estos momentos, cada año se producen más de seis billones de colillas. De ellas, motivado por la falta de civismo y por la inconsciencia de los que fuman, cuatro billones degradan bosques, montes, ciudades y playas. El veneno que contienen estas colillas es altamente pernicioso. Así incluyen, entre otras sustancias, arsénico, cadmio y plomo, etilfenol y mentol, dietilenglicol, alquitrán o nicotina. Todos ellos terminan en el suelo o en el agua.
Una investigación realizada en la Universidad Anglia Ruskin ha emitido el dictamen que hemos expuesto en los párrafos anteriores. La doctora Dannielle Green, directora de la investigación, ha dicho lo siguiente: «Estas plantas sostienen una gran biodiversidad, incluso en los parques de la ciudad, y el trébol blanco es ecológicamente importante para los polinizadores y la fijación de nitrógeno«, refiriéndose a los vegetales dañados por las colillas que se tiran al suelo.
El daño principal está causado por el filtro que forma parte de las colillas. Se trata del acetato de celulosa, un bioplástico altamente dañino. Danielle Green ha dicho al respecto: «Muchos fumadores piensan que las colillas de cigarrillos se biodegradan rápidamente y, por lo tanto, en realidad no las consideran basura. En realidad, el filtro está hecho de un tipo de bioplástico que puede demorar años, si no décadas, en descomponerse«.
Está claro que esta información no influirá en la mayoría de los fumadores, los que siguen tirando sus colillas al suelo, y todos sufriremos las consecuencias, sobre todo nuestros hijos y nietos. La Tierra continúa su camino hacia la destrucción.