Sólo se pueden calificar así, como locuras. No podemos catalogarlas como excentricidades porque sobrepasan todos los límites que definen a éstas. Una ministra principal (primera ministra) india, de nombre Mayawati, envió un jet privado a la ciudad de Bombay para recoger un par de sandalias que se había dejado olvidadas. Lo cuenta Europa Press tras revelar lo que dice un cable diplomático publicado por Wikileaks.
La tal ministra no se conformó con comprar otras sandalias sino que se permitió un gasto innecesario, que obviamente no salió de su bolsillo, para satisfacer sus caprichos, sin importarle «el que dirán». Pero no se queda ahí, su locura va más allá. Tiene miedo a ser asesinada, por lo que trata de estar siempre protegida, utilizando métodos que rayan el esperpento. Ha construido una carretera privada que va desde su domicilio a su despacho. Se desplaza rodeada de enormes medidas de seguridad, con varias personas en diferentes vehículos vigilando que todo esté bien, que ningún intruso se cuele en el camino.
Sus obsesiones llegan a tal nivel que ella y un pequeño grupo de colaboradores se encargan de controlar la ley y el orden de Uttar Pradesh, uno de los estados más poblados y más pobres de la India. Todo el poder está en sus manos. Entre sus ingresos se encuentran los sobornos que recibe de las grandes empresas que trabajan para su gobierno. Los parques de Lucknow, la capital del estado, están llenas de estatuas erigidas en su honor.
En marzo de 2009, en los Blogs del periódico El Mundo, se publicaba un artículo con el título ¿Quién teme a Mayawati feroz?, en el que hacía un completo semblante de la susodicha: La historia de Mayawati es una mezcla del cuento de la Cenicienta, el del Patito Feo y la fábula de la Liebre y la Tortuga. Mayawati Kumari era una chica pobre nacida en una familia de intocables de una aldea situada en Uttar Pradesh. Y aún hay más. El periódico La Vanguardia, nos contaba en abril del pasado año lo siguiente: Ni lujosos trajes, ni billetes de lotería premiados. India todavía se frota los ojos ante su última modalidad de corrupción política y blanqueo de dinero: guirnaldas de un millón de euros, en las que los billetes simulan ser flores. Ha sucedido este mes en el estado más populoso, Uttar Pradesh, que gobierna la líder intocable Mayawati. Su partido, el BSP, celebraba su cuarto de siglo con una fiesta popular. Durante el acto, una extraña guirnalda encarnada de varios metros fue subida al escenario para agasajar a Mayawati. El partido declaró que estaba hecha con flores silvestres de Mysore, pero los primeros planos descubrieron que se trataba de billetes de mil rupias.
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