No es algo nuevo, ya se ha hablado de ello anteriormente, pero ahora se sabe que tras un estudio realizado por el Hospital Universitario Dental y Médico de Tokio y publicado en la revista Critical Care, las personas que poseen el grupo sanguíneo 0 son propensas a superar con dificultades un accidente grave.
Cada grupo sanguíneo posee sus características. Así, las personas que poseen el grupo AB pueden recibir transfusiones de cualquiera de los demás grupos, A, B o 0. Los del grupo A pueden recibir transfusiones de su propio grupo y del AB. Algo similar ocurre con los del grupo B, pero los del grupo 0 solo pueden recibir las donaciones de sangre de personas pertenecientes al mismo grupo.
Según el estudio realizado en Japón con 901 pacientes con traumatismos físicos graves, entre los años 2013 y 2016, se descubrió que los que poseían sangre del grupo 0 tenían mayores probabilidades de fallecer ante una lesión de este tipo, una lesión de carácter grave.
Un 32% de los casos analizados correspondían a pacientes con el grupo sanguíneo 0. Un 28% de estos pacientes fallecieron como consecuencia de sus traumatismos. Solo un 11% de los pacientes con sangre de los otros grupos murieron como consecuencia del accidente.
Wataru Takayama del Hospital Universitario Dental y Médico de Tokio, uno de los autores del estudio, declaró, tal como podemos leer en EurekAlert, lo siguiente: «Queríamos probar la hipótesis de que la supervivencia del trauma se ve afectada por las diferencias en los tipos de sangre«.
Todavía no se sabe cuales son las causas de esta incidencia, porque los poseedores del grupo sanguíneo 0 son más propensos a morir ante un traumatismo grave. Se sospecha que la causa se centra en que este tipo de sangre tiene más problemas de coagulación que el resto.
Los glóbulos rojos de la sangre de cada persona están determinados por la presencia de un tipo de proteínas, llamadas antígenos. Las personas pertenecientes al grupo A, poseen los antígenos A, las del grupo B, los B, las del grupo AB, los A y B, y las del grupo 0 no poseen ningún antígeno. Esta puede ser la causa que explica lo que se ha descubierto en la investigación realizada en Tokio. Para confirmarlo, habrá que realizar nuevas investigaciones en otros países y confirmar lo que ocurre con los japoneses.