Confirma todas las sospechas. Hace ya algún tiempo, una de las plataformas más conocidas en el terreno de los contactos, FriendScout24 promovió una encuesta entre los miembros de su red, la que se autoproclama como un lugar para ligar, quedar y enamorarse. Los responsables del sitio realizaron dicha encuesta con el fin de averiguar si los internautas consideran adecuado Internet para entablar relaciones sentimentales. Los 2,5 millones de hombres y mujeres encuestados respondieron negativamente en su mayoría, el 90 %. Apuntaron que el fracaso se debe a la falta de contacto físico y a la ausencia de relaciones sexuales.
Sin contacto físico, no hay amor
Las parejas no viven el día a día, uno al lado del otro, viéndose, hablándose, tocándose, besándose, abrazándose, algo tan necesario para que una relación mujer hombre fructifique. Se necesita la vida en común, aunque sólo sean unos instantes cada día. Respirar uno al lado del otro, hablarse y oírse con el aire como medio de flujo. El teclado, el micrófono y el altavoz son los mayores enemigos de una relación amorosa. Sin contacto físico, no hay amor.
Engaño y mentira
Una prueba de la falta de consistencia en este tipo de relaciones a distancia es que muchos internautas, del sexo masculino y femenino, entablan una relación virtual con el único fin de jugar. A pesar de tener una relación estable en su vida real se comunican y engañan, o intentan engañar, a su ligue cibernético. El flirteo es intrínseco al ser humano, pero la distancia lo convierte en solo palabras, en algo sin chicha ni limoná, como diría mi sobrina andaluza.
No todo es negativo
Los nuevos tiempos, la tecnología como soporte, han cambiado y siguen cambiando el mundo, modificando las formas de actuar y los comportamientos, pero hay estados que son inalterables, que han sido y siguen siendo como fueron en un principio. No queremos decir que los espacios destinados al ligue cibernético sean un fracaso total, pueden tener su sentido si actúan como medio de descubrimiento, pueden servir como sistema de inicio de una futura relación, de una relación de las de siempre, de las de cuerpo a cuerpo.