Los niños de ahora son así, sin inhibiciones, sin miedo a hacer el ridículo porque no saben que es eso, capaces de sacarle los colores a los adultos, entre los que se incluye su maestra. Ya sé que lo que viene a continuación se engloba más bien dentro del género de los chistes que en el de las historias reales. Pero en ocasiones es bueno recurrir al humor bueno y saludable para olvidarnos de la seriedad que impone el discurrir cotidiano. ¿Quieres verlo?, pues lee lo que viene a continuación.
Estaba la maestra nueva, recién llegada, impartiendo una clase a los niños y les pregunta:
– A ver niños, ¿quién sabe lo que es un bolígrafo?
Los niños, tímidos, se quedan callados, sin moverse, pero Chuchito levantaba su mano insistentemente, por lo que la maestra le dice que responda. A lo que Chuchito dice:
– Un bolígrafo es un instrumento que se utiliza para escribir y tiene un repuesto para echarle la tinta, y mi papa tiene dos: uno dorado de metal para firmar los documentos importantes y otro de plástico para utilizarlo a diario.
La maestra le dice, «muy bien Chuchito», y hace otra pregunta:
-A ver niños, ¿quién me dice lo que es un automóvil?
Los niños, que aún estaban apocados, no levantaban la mano, pero Chuchito otra vez estaba insistente, a lo que la maestra le manda de nuevo que responda. Dice el chaval:
– Un automóvil es un medio de transporte muy útil que sirve para traer a los niños a la escuela, para llevar a los obreros a sus trabajos… Mi papá tiene dos: un Mercedes para pasearnos los fines de semana y un Honda para diario y para ir al trabajo.
La maestra ya está cansada de la actitud de Chuchito, por lo que decide hacer una pregunta difícil:
– A ver, niños, ¿qué es un pene?
Todos los niños la miran asombrados, con excepción de Chuchito, que levantaba la mano repetidamente. La maestra le manda responder nuevamente segura de que esta vez no podría jactarse de que su papá tuviese dos, entonces Chuchito dice:
– El pene, maestra, es el órgano reproductor masculino y además sirve para orinar, y mi papá tiene dos…
La maestra lo interrumpe enojada:
– Chuchito, no puede ser, ¿cómo que tu papá tiene dos? Eso es imposible.
A lo que Chuchito dice:
– Mi papá tiene dos: uno chiquitito para orinar y… uno grande para mi mamá.
