Está claro que la vida sedentaria no es buena. Seamos jóvenes o mayores debemos caminar cada día, recorrer unos cuantos kilómetros. No está nada mal andar diariamente alrededor de 10 Km, lo que supone el realizar más o menos 10.000 pasos. Está demostrado que ello es muy bueno para nuestra salud.
Yo ahora me encuentro sentado delante del ordenador escribiendo lo que estáis leyendo, pero ello no significa que durante la mañana no haya realizado mi recorrido habitual, que repetí por la tarde, generalmente con más kilómetros. Ello va a repercutir de manera positiva en varias partes de mi cuerpo.
Los beneficios de andar
Estos son los beneficios que trae consigo el llevar acabo este esfuerzo diario:
- Mejorar la salud de tu corazón: La actividad física que efectuamos contribuye a incrementar la cantidad de sangre oxigenada que se envía a los músculos, propiciando una buena circulación y reduciendo las probabilidades de padecer problemas cardiovasculares.
- Fortalecer los pulmones: Los pulmones se hacen más fuertes y resistentes cuando nos movemos a diario. Lo mismo ocurre con los músculos que los rodean. Inhalamos más óxigeno y el cuerpo se ve obligado a utilizarlo de manera eficiente.
- Potencia tu concentración: Se libera el nivel necesario de las endorfinas, unas hormonas que debemos eliminar cada día en una determinada cantidad. Además se incrementa el flujo sanguíneo al cerebro, alcanzando las cotas necesarias. Ello contribuye a mejorar las funciones cognitivas. El estrés y la ansiedad estarán así controlados, lo que redunda en mejoras en la creatividad, la productividad y la concentración.
- Los huesos se hacen más fuertes: La densidad de los huesos aumenta debido al incremento de presión que reciben, causado por la actividad física. Ello trae consigo una reducción en el riesgo de osteoporosis cuando se llega a una edad avanzada.
- Se afina la musculatura: La fuerza muscular alcanza altos niveles debido a la actividad física diaria.
- Ayuda a estabilizar el nivel de azúcar en la sangre: Los altos niveles de azúcar en la sangre son peligrosos, ya que pueden degenerar en determinados tipos de diabetes. Con el ejercicio, los músculos consumirán más glucosa en el torrente sanguíneo. Además, la insulina funcionará de forma más eficiente.
- Baja la presión arterial: Una presión arterial alta trae consigo un estado de rigidez en los vasos sanguíneos lo que provoca un atasco en la circulación. Con el ejercicio diario esto queda subsanado, haciendo que la presión esté dentro de los límites adecuados.
- Mejorar la flexibilidad: Casi siempre, pero sobre todo a partir de unas determinadas edades, las molestias musculares acechan por doquier. Con la actividad física el cuerpo tendrá una mayor flexibilidad, y los dolores desaparecerán.
- Incremento de energía: El fortalecimiento del corazón y la mejora en la circulación sanguínea redunda en un incremento en los niveles de energía. Ello genera una disminución de la fatiga.
- Mejora del estado de ánimo: La actividad física diaria origina una liberación de determinados neurotransmisores. Las endorfinas, la serotonina y la dopamina, alcanzan el nivel adecuado, lo que provoca un buen estado de ánimo.
Fuente: Reader´s Digest