La palabra griega filosofía empieza designando en sus orígenes lo que está ligado a el amor a la sabiduría o el afán de saber. Hasta que más adelante recibe, gracias a Platón y a Aristóteles, su sentido más profundo y característico. De ahí surge como esfuerzo metódico del pensamiento que trata de construir una teoría racional de la realidad.
A pesar de la definición indicada, el concepto de filosofía ha experimentado notables cambios con el paso del tiempo. Y no solo eso, también se han añadido nuevos productos culturales, lo que trae consigo el que sea imposible construir un concepto preciso, que sea universal y que sirva para siempre. A pesar de las comparaciones que se han establecido en el proceso histórico, esto ha sido imposible.
Tarea y objeto de la filosofía
La formulación de su tarea y objeto se ha venido modificando a tenor de las circunstancias históricas y también a medida que de ella han ido emancipándose las ciencias particulares. El ámbito de estudio tampoco se puede fijar, lo mismo que el fin y el método del saber filosófico, algo que es común en cualquier ciencia.
La filosofía debe justificarse a si misma en el proceso que la razón desempeña en la comprensión de la realidad. En su desenvolvimiento, desde sus orígenes hasta hoy, ha experimentado una serie de transformaciones. Dese que Aristóteles la define como ciencia del ser en general hasta ahora, la filosofía se puede considerar como la ciencia universal.
La Edad Media y la filosofía
Durante la Edad Media la filosofía, fundamentada en la acepción griega o helenista, se encontró con que la religión resolvía muchos de los problemas planteados al ofrecer un conjunto de normas morales para orientar y dirigir la vida. Y de esta forma surgió el dogma, convirtiendo a la filosofía en hija de la teología.
Una teoría del mundo
Lo que en principio surgió como una unión, filosofía y teología, se convirtió en una relación de enemistad. A partir del Renacimiento la filosofía trató de construir una doctrina totalmente desligada de los intereses religiosos. La filosofía se presenta a partir de aquí como un sistema que agrupa los saberes mundanos, independientemente de los religiosos. Su fin es el del origen: elaborar una teoría del mundo y del valor de la vida.
Han sido varios los considerados como filósofos, como puede ser Kant, los que han intentado frenar la evolución filosófica. Aunque movimientos posteriores vuelven a considerar la filosofía como ciencia universal.
La capacidad de filosofar del ser humano ha existido a lo largo del tiempo y seguirá existiendo. No solo la búsqueda de la racionalidad en los acontecimientos, sino la necesidad de encontrar valores que sirvan para dar sentido al devenir de cada día, marcan el ser y el estar actual de la filosofía.
La filosofía y Ortega y Gasset
Si hacemos un análisis sobre lo que Ortega y Gasset nos dice sobre la filosofía, podemos encontrar lo siguiente: «Quede en suspenso todo filosofar mientras no se conteste a la pregunta de si es posible esa pretensión de un conocimiento filosófico – metafísico de la totalidad de lo real». Enfatizado aún más si cabe con lo que nos cuenta en El espectador: «Cada época es un régimen atencional determinado, un sistema de preferencias y proposiciones, de clarividencias y cegueras».