Los Gestos Mímicos son aquellos en los que el intérprete intenta parodiar, lo más correctamente posible, una persona, un objeto o una acción. Aquí olvidamos nuestra herencia y entramos de lleno en la esfera humana. La cualidad esencial del gesto mímico es que intenta copiar lo que quiere retratar y, si lo hace bien, ese retrato tiene que ser claro incluso para quienes no lo han visto representar con anterioridad.
Los cuatro tipos de Gestos Mímicos
El primero es el de la Mímica Social que todos hemos hecho en un día u otro. Todos hemos sonreído en una fiesta estando tristes y hemos fingido estar más tristes de lo que nos sentíamos, en un funeral, porque era lo que se esperaba de nosotros. Mentimos con gestos simulados para complacer a los demás. Pero eso no debe confundirse con lo que los psicólogos conocen como «actuación«, ya que en este caso no solo engañamos a los demás, sino también a nosotros mismos.
El segundo es el de la Mímica Teatral: el mundo de los actores y las actrices que fingen cualquier cosa para nuestra diversión. En este apartado hay dos técnicas distintas. La primera es la del intento calculado de imitar actos concretos. Si un actor tiene que hacer el papel de general, empleará muchas horas viendo películas con escenas militares para analizar cada movimiento y copiarlo en el retrato que haga luego. La otra técnica consiste en imaginar el estado de ánimo del tipo que se quiere imitar y adentrarse en ese estado de ánimo para que sea él el que nos dicte, en su momento, la forma de movernos y hablar.
En general, los actores usan una combinación de ambos sistemas, aunque al definirse tiendan a elegir uno de ellos. En el teatro clásico, las interpretaciones eran distantes y altaneras, pero en la actualidad – aparte de la pantomina, ópera y farsas – se ha llegado a un extraordinario grado de realismo, y el «distinguido público» es, en verdad, un amable grupo de confidentes. Tenemos que creer que está sucediendo algo, que de verdad, pasa algo: la Mímica Teatral resulta hoy tan realista como la Mímica Social.
Por lo contrario, en el tercer tipo, la Mímica Parcial, el intérprete trata de imitar algo que no es ni podrá ser nunca, tal como un pájaro o las gotas de lluvia. En general se emplean para ello solo las manos, pero éstas usadas en la forma de mayor aproximación posible al tema. En el caso del pájaro, aletean lo mejor que saben. En el de la lluvia, describen la caída líquida lo más gráficamente posible. De esta misma clase son las que convierten las manos en un revólver o un animal, o las que indican con sus movimientos el perfil de un objeto o de un ser humano.
La cuarta clase de Gesto Mímico puede llamarse Mímica del Vacío, porque la acción se desarrolla en ausencia del objeto referido. Si estoy hambriento, por ejemplo, finjo poner una comida imaginaria en mi boca. Si estoy sediento, levanto mi mano como si cogiera un vaso invisible y finjo beber de él.
Lo importante de las cuatro formas de mímica descritas es que todas tratan de imitar la realidad, aunque a veces no lo consigan, y en ese contexto pueden ser comprendidas internacionalmente.
Conclusión
Los Gestos Mímicos son generalmente comprendidos por desconocidos o extranjeros, ya que intentan copiar (mimar) objetos y actos reales. Comer, beber, fumar y disparar un arma son señales bastante claras para que las comprenda incluso quien no tenga conocimiento del gesto tradicional local.
Fuente: El hombre al desnudo de Desmond Morris. Publicado, en el año 1977, por Muy Interesante, Biblioteca de Divulgación Científica
