Como seres humanos que somos producimos en mayor o menor cantidad dos gases típicos, el hidrógeno y el metano. Se forman y acumulan en nuestro sistema digestivo y, en la mayor parte de las ocasiones, son expulsados al exterior por el ano. Reciben el nombre de flatulencias. El mayor riesgo que presentan estos gases es su alta capacidad de inflamación.
Si ambos se producen en un espacio cerrado y reducido, como es la cápsula que alberga a, generalmente, una pareja de astronautas, los riesgos son mayores. Basado en este principio se elaboró un estudio, en el año 1969, con el que se trataba de llegar a hacer una valoración de las consecuencias que los citados gases podían provocar en los astronautas. Este estudio quedó perdido en el tiempo y en el espacio.
Los responsables de io9 publicaron un artículo, en el año 2012, en el que nos hablan del descubrimiento de dicho estudio en la Revista ROFL, con el título de Pedos, una amenaza subestimada para los astronautas. Dicho trabajo se hizo con el fin de utilizarlo en la primera de las misiones espaciales Gemini. Estas son algunas de las informaciones vertidas, y que hoy recuperamos por su singularidad:
Sobre el estudio
Las bacterias intestinales forman dos gases, el hidrógeno (H2) y el metano (CH4), que pueden constituir un peligro de incendio en un recinto cerrado. Así H2 y CH4 salen al exterior por el ano, pero estos gases también son transportados por la sangre a los pulmones y se vierten a la atmósfera.
Hay varios factores que afectan a la formación de gas: 1) la cantidad y el tipo de sustrato fermentable, 2) las condiciones psíquicas y somáticas que afectan el intestino, 3) la abundancia, tipos y ubicación de la microflora. Se evaluó el primer factor para el estudio realizado con hombres alimentados con dos dietas diferentes, y también se ha registrado la influencia de factores incontrolables.
Un grupo de seis hombres comían el tipo de dieta (S), el que tomaban los astronautas de la expedición Gemini, y otro recibió una fórmula suave (F), durante 42 días. Se analizaron la respiración y la producción de gases rectales durante las primeras semanas y la final. Los gases flatulentos variaron ampliamente dentro de los grupos alimenticios, pero se generó mucho más gas con la dieta S que con la F. En las primeras 12 horas de recogida, los sujetos alimentados con S pasaron de 3 a 209 ml de H2 rectal (promedio 52) y de 24 a 156 ml (promedio 69) en los pulmones (suponiendo que la ventilación pulmonar era normal). Con F, estos valores fueron de 0 a 3 ml (promedio 1) y de 6 a 36 ml (promedio 20). Los sujetos estuvieron más tranquilos durante la segunda prueba. La producción de gas fue menor de la recogida inicialmente con S, los valores de F se mantuvieron sin cambios. El metano tiene diferente comportamiento, probablemente debido a diferencias en la flora. Calculado a partir de los valores de 12 horas, con un máximo potencial de H2 y CH4 diario, son por cada hombre: para S, 730 ml y 382 ml, para F, 80 ml y 222 ml. Los volúmenes serían más grandes en la nave espacial de tamaño reducido y mayor demanda de presión.