Estaba empezando la década de los 80 (siglo XX) cuando me compré mi primer ordenador. No me gustaba el ZX Spectrum, se parecía a mi antediluviana calculadora (sólo era capaz de hacer las cuatro operaciones elementales; no recuerdo si también calculaba los tanto por ciento, supongo que si), por lo que me decidí por el Commodore Vic 20. Era poco más que un teclado de los ordenadores actuales, en el que estaba todo integrado: microprocesador, memoria RAM (5 KB; sí, solo 5 KB), sonido integrado… No tenía unidad de almacenamiento (me compré una externa: un lector / grabador de cintas de casette; grabación y lectura secuencial). Como monitor utilicé un televisor de 14’’ en blanco y negro. El ordenador, sin los otros elementos, me costó sesenta y nueve mil pelas (¡qué salvajada!); pero era lo que había y yo quería iniciarme, y me inicié.
Tras los comienzos
Después vinieron un Sony MSX, una joya que se llamaba Amiga, también de la casa Commodore y… después empezaron los PCs. El primero fue un clónico, un ordenador sin marca definida. Su procesador era el 8088 de Intel a 4,88 Mhz, pero, que maravilla, su RAM ya era de 64 KB. Del resto, ya perdí la cuenta: 386, 486, Pentium, Pentium II, Pentium III, Pentium IV y algún que otro AMD. Ahora (bueno, ya va para los nueve años) me he pasado al grupo de los macqueros, a los que disfrutamos con un ordenador de Apple, con su sistema operativo macOS, aunque también, de manera ocasional, también utilizo un portátil con Windows. (Aclaro que al principio de la década de los 80, cuando la Xunta de Galicia inició el Proyecto Abrente, dotando de ordenadores a nueve centros de la comunidad, en el cole en el que era profe dispusimos de un Apple II e. Fue el primer paso, después vinieron los Dragón y los PCs que sirvieron de soporte al aula de informática).
Un museo de equipos informáticos en Internet
Dándome una vuelta por Internet me encontré con una página que es un museo de cacharros informáticos. Tienen recogidos ordenadores desde el año 1950 hasta el año 1999. Se llama Old-Computers.com. Un lugar para nostálgicos y para todos los que quieran conocer lo que había en la prehistoria de la informática. La evolución tecnológica camina a gran velocidad…
Conclusión
Han pasado los años y, gracias a uno de mis hijos, he conseguido un Vic 20, acompañado de todos los elementos que conformaban el equipo. Me lo regaló hace ya algún tiempo. Pero hoy, tal vez por eso que se llama nostalgia, lo he colocado, acompañado del lector de cassettes, sobre la mesa de la sala y le he hecho la foto que tenéis al principio de este artículo, para compartirla con todos vosotros.
