Es una expresión típica de los gallegos. Me refiero a ¡manda carallo! La pronunciamos cuando algo nos causa extrañeza, porque no somos capaces de entender su significado o porque los hechos sobre los que se asienta están próximos al esperpento o se salen de los límites de lo que entra dentro de la normalidad.
Invitación
Son muchas las situaciones en las que se nos invita a emitir la frase. Si estamos atentos a las noticias publicadas en los distintos medios, a algunos programas de debate en televisión, a los comentarios en el bar, cuando está abierto, o en la acera, a todo lo que se mueve a nuestro alrededor, y pronunciásemos las dos palabras mágicas cada vez que el asombro nos invade, agotaríamos toda nuestra energía verbal.
Situaciones
Algunas de las situaciones que, en estos momentos, invitan a pronunciar los dos vocablos, podrían ser las que enumeramos a continuación:
- Los desorbitados gritos con que algunas (más que algunos) periodistas (en multitud de casos solo comentaristas), habituales en los didácticos programas de debate que salpican la parrilla televisiva, nos obsequian a los sufridos telespectadores eventuales (los asiduos se los tragan sin rechistar).
Y, algo muy importante, también hay que saber escuchar, esperar a que la otra persona termine de hablar con el fin de entablar un debate ordenado.
Y nosotros, ¡ilusos!, tratando de explicarles a los niños que no se debe gritar, que hay que hablar en tono normal y de forma ordenada, que es la única manera de llegar al entendimiento… - Los acosos que sufren muchos estudiantes por parte de sus compañeros. La violencia ha llegado a las aulas y se ha quedado a vivir en ellas como un inquilino más. En muchos casos y circunstancias impera la alta tensión.
- Las propuestas y discusiones banales de muchos políticos. Centran sus intereses en cuestiones que lo único que hacen es distraer al ciudadano, sin preocuparse por atacar los grandes temas, por tomar decisiones que lleven a la consecución de resultados positivos.
El insulto sustituye a la cordura, la crispación a la tolerancia… Solo tienen una preocupación: continuar en donde están y salir elegidos en las próximas elecciones. Y nosotros de espectadores pasivos. - El ataque del poder económico contra la clase media provocando la desaparición del Estado del Bienestar y llevando a los que tenían poco a que no tengan nada.
- Viendo que la palabra imputado adorna (mejor ensucia) las páginas de los diarios, los telediarios y hasta las discusiones en la calle y en los bares, y comprobando que los protagonistas de las imputaciones siguen viviendo tranquilos porque saben que las acusaciones se quedan solo en eso, y el tiempo las diluirá.
Ya sé que faltan muchas situaciones. Invito a nuestros lectores a que propongan las suyas. Solo tienen que mostrarlas en la sección de comentarios.