Todos los medicamentos se elaboran con un fin predeterminado. Cuando se ponen en el mercado han sido probados, experimentados, en animales y también en humanos. Se comprueban sus beneficios, no siempre todos, analizando los resultados que ofrecen en determinados tratamientos. Investigadores de NYU Langone Medical Center, han descubierto que las estatinas, utilizadas en medicamentos destinados a eliminar el colesterol, no sólo llevan a buen término su misión sino que también contribuyen en otras labores.
Tras un estudio clínico a gran escala se comprobó que los pacientes que toman altas dosis de medicamentos para combatir el colesterol, reducen también la placa en sus arterias. Así, la ateroesclerosis, acumulación de grasas y colesterol, se reduce por la acción de las estatinas, impidiendo así el endurecimiento de las paredes arteriales, conservando la elasticidad de las mismas.
Uno de los autores del trabajo, Michael Garabedian, ha dicho: «nuestros resultados experimentales indican que las estatinas, además de la reducción del colesterol LDL, tienen beneficios clínicos en la aceleración de regresión de la placa mediante un mecanismo recientemente descubierto». Según este estudio, la utilización de estos medicamentos contribuye no sólo a combatir el colesterol sino también a reducir la carga que lleva consigo la placa arterial, causa de muchas muertes en el mundo occidental.
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