Se sabe desde siempre que el comer en demasía no es bueno para la salud. De vez en cuando hay que darle al intestino y al estómago un descanso. Es lo que conocemos como ayuno, algo que practican muy pocas personas aunque lo necesiten. La restricción en el número de calorías es muy bueno. El ayuno realizado cada determinados periodos de tiempo es ideal para evitar enfermedades. Así se puede vencer a la diabetes, evitar el colesterol alto y todos los tipos de obesidad. Además se puede conseguir con ello la producción de una proteína que fortalece las conexiones neuronales en el cerebro y actúa como antidepresivo. Son varios los científicos que consideran que el ayuno contribuye a alargar nuestra esperanza de vida al mantener las células jóvenes y sanas durante más tiempo.
Biólogos del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) están realizando una investigación, publicada en Cell Stem Cell, en la revelan por qué el ayuno es tan beneficioso. No solo las células son las receptoras del proceso, tal como indican, sino que también explican que se crearán fármacos que servirán para sustituir al ayuno y obtener los mismos resultados.
El glucógeno, que se alimenta de los músculos, se desconecta y elimina la producción de carbohidratos cuando se activa el ayuno. El cuerpo entra en un estado o modo de inanición y aprovecha las reservas de grasa. Con ello se liberan cuerpos cetónicos producidos por el hígado.
Aunque los investigadores del MIT todavía no han estudiado los efectos celulares del ayuno en las personas, observaron mejoras en sus experimentos con ratones. Cuando un ratón utiliza la grasa como combustible, sus células intestinales se aceleran y actúan de manera eficiente, mucho mejor que cuando no ayunaban.
Las células madre son fundamentales para la generación de tejidos, de ahí la importancia de su regeneración. Las células intestinales son el ser y el estar de este tipo de células. Cada cinco días el revestimiento interno del intestino se reemplaza regenerando las células madre, trayendo consigo la creación de nuevas partes del intestino. Gracias a ello este órgano, el intestino, continuará con su actividad: descomposición eficiente de alimentos, absorción de nutrientes y producción de desechos.
Según la investigación del MIT, las células madre funcionan mucho mejor cuando son alimentadas con grasa y no con carbohidratos. Se comprobó que los ratones en estado de ayuno duplicaron su capacidad de regenerar células madre. Los investigadores sugieren que ello podría servir en los seres humanos para reparar, como ya hemos apuntado, tejidos dañados, así como para la eliminación de infecciones y solucionar los problemas que provocan los tratamientos de quimioterapia.
El equipo de investigación explica que, al comprender mejor las moléculas y las proteínas que activan y desactivan los genes que se excitan al ayunar, se podrán elaborar fármacos que puedan imitar algunos de los efectos de la inanición temporal que contribuye a un aumento de las células madre. Hasta es posible que los pacientes no tengan que renunciar a sus alimentos habituales para disfrutar de los beneficios. Explican que serán medicamentos ideales para las personas que padecen cáncer e infecciones intestinales.