Cuando hablamos de mensajes subliminales nos estamos refiriendo a textos que llevan escondidas referencias, generalmente enlaces, con sentido publicitario. Existieron y seguirán existiendo. Si analizamos todas las escenas de ciertas películas de antes y de ahora, descubriremos esos mensajes. Muchos se muestran sin aparente intención, pero no es así, todos persiguen un fin. Hasta hay casos que actúan sobre el subconsciente de los espectadores provocando deseos especiales: necesidad de consumir un refresco o de comer un perrito caliente. Son imágenes que aparentemente no vemos pero que sí las sentimos.
Sobre futbolistas, Twitter y mensajes subliminales
Este artículo viene a cuento tras haber leído que algunos de nuestros futbolistas más carismáticos, con millones de seguidores en Twitter, han aprovechado su popularidad para escribir tweets con enlaces que llevan a páginas en las que se promocionan determinados productos. Lo llevan haciendo desde hace ya algún tiempo. En la red se critican, por parte de algunas personas, estas actuaciones, se acusa a los protagonistas de venderse a grandes marcas engañando a sus seguidores con mensajes de publicidad encubierta. Está claro que reciben una considerable renumeración, entre 3.000 y 20.000 euros por mensaje o campaña, pero ello no significa que estén atentando contra la libertad de elección. Cada uno es libre de atender o no a las recomendaciones.
Algunos puristas argumentarán que estos tweets no se pueden encuadrar en la categoría de mensajes subliminales. Dirán, eso sí, que es una de las múltiples formas de publicidad enmascarada, pero que no pertenecen al grupo que sirve de título a este artículo. No lo discuto, pero sigo opinando que el utilizar a personas de renombre con el fin de conseguir publicitar una marca o un producto de la forma en que se hace tal vez no tenga nada ver, en la forma, con lo que conocemos como subliminal, pero si en el fondo. Por ello, no se puede negar la relación.