Principios de los años ochenta (del pasado siglo). La prestigiosa revista Cambio 16, nacida a finales del año 1971 y de tirada semanal, publicaba en su número 522 los criterios de expertos en selección de personal de empresas. Los jóvenes que perseguían el éxito debían ser portadores de estas características.
- A la hora de la búsqueda de trabajo, tendrán más éxito los que posean una formación profesional en vez de universitaria. Si se cursan estudios superiores, son preferibles carreras de aplicación práctica.
- Deberá tener un extraordinario afán de lucha, trabajo, productividad y superación. El espíritu de funcionario es absolutamente negativo.
- Deberá saber idiomas, fundamentalmente inglés.
- Como universidad y empresa es hoy un matrimonio mal avenido, el joven deberá compaginar sus estudios con la práctica. Deberá estar informado y formado.
- Cultura general amplia y buena, para poder y saber estar en cualquier lugar.
- Responsabilidad política.
- Nada de pasotismo.
- Tendrá que viajar con cierta frecuencia fuera de su país y estar dispuesto a trabajar en otra ciudad que no sea la de su residencia habitual.
- Limpio de aspecto. Barba y pelo arreglados y más uso de la corbata.
- Dispuesto a trabajar en equipo, para lo cual ha de ser comunicativo, extrovertido, pero no dicharachero.
- No basta con hacer algo, sino saber por qué se hace.
- Agudo de ingenio, creativo, imaginativo, eminentemente práctico y realista. Hay que trabajar sobre lo que hay y no sobre lo que a uno le gustaría hacer.
Han pasado más de treinta años y muchos de estos principios siguen estando en vigor, aunque existen algunos matices de ajuste a los tiempos en que vivimos. Después de analizar los doce criterios anteriores, me surgen algunas dudas, seguro que a ti, como lector, te pasa lo mismo. ¿Sigue siendo la universidad y la empresa un matrimonio que se lleva mal? ¿Caminan juntas las información y la formación? ¿Por qué no se tienen en cuenta a las universitarias? Está claro que muchos aspectos de los que marcaban el trabajo en los años 80 del pasado siglo, ya no tienen hoy vigencia.