Las botellas sirven para contener líquidos, bebidas alcohólicas y no alcohólicas. La música mueve montañas, relaja, convierte la tristeza en alegría y viceversa. Las botellas se llevan de un lugar a otro con fines diversos: calmar la sed de los bebedores, avivar el espíritu de los ídem, alimentar… La música ameniza nuestros momentos de descanso, enriquece, divierte… Para que la música se conforme se necesitan unos objetos especiales y específicos, llamados instrumentos musicales.
La música y las botellas
La consunción entre música y botellas se centra más en el auditorio que en el escenario, aunque nadie puede negar que algunos músicos necesitan un trago, de botella o botellín, con vaso o sin él, entre canción y canción. Otra cuestión es la que se refiere al público, a los asistentes al concierto, en muchos casos consumidores de contenidos de botellas, alcohólicos o no alcohólicos, antes, durante y después de la actuación.
Lo que no es muy habitual es que la música y las botellas se fundan en inseparable comandita, la primera no podría existir sin las segundas, la música necesita de las botellas, es música con botellas. Es lo que nos ofrecen los cuatro muchachos del vídeo. En poco más de un minuto y medio nos deleitan con una melodiosa composición, obtenida tras la manipulación airosa (o tal vez aérea) de unas cuantas botellas y de una enorme garrafa de agua, que utilizan como objeto para la percusión. La idea y los resultados, son al menos originales.