El Alzheimer está ahí, afectando a un gran número de personas. Eso lo sabemos todos. Cuando llegamos a una determinada edad tenemos miedo de que esta enfermedad se apodere de nosotros. De ahí que nos llene de satisfacción cuando distintos investigadores descubren posibles formas de tratamiento para esta enfermedad.
Aunque en estos momentos hay una gran cantidad de estudios centrados en la investigación del coronavirus, con el fin de combatirlo y evitar su propagación, siguen existiendo otros destinados a diferentes aspectos de la vida humana, a buscar soluciones a diferentes males. En ese aspecto se encuentra la investigación que persigue la búsqueda de un tratamiento del Alzheimer.
Nueva investigación para buscar tratamiento para el Alzheimer
Un grupo formado por cinco profesores y cinco alumnos de la Universidad Brigham Young (BYU), localizada en Estados Unidos, tal como nos cuentan en BYU study takes next step toward treatment for Alzheimer’s disease, han encontrado diferencias específicas causadas por una mutación genética vinculada al Alzheimer. Ello supone un gran avance en la elaboración de tratamientos efectivos para pacientes diagnosticados con la conocida enfermedad neurodegenerativa.
Scott Weber, profesor de microbiología y director del estudio, ha dicho lo siguiente: «Esto comenzó como un disparo en la oscuridad. Hay muchas personas que identifican genes asociados con un fenotipo, pero no han caracterizado con éxito cómo funcionan a nivel molecular. Es bastante sorprendente ver que este proyecto funcionó tan bien«.
Se trata de un estudio que lleva varios años en acción. Josue González, uno de los estudiantes implicados en el proyecto, llevó a cabo la mayor parte del trabajo técnico y complicado de laboratorio.
Resultados de la investigación
En los estudios realizados se ha demostrado que el aumento de los niveles de una determinada proteína, llamada citoquina, que se encuentra en el cerebro, se asocia con el líquido cefalorraquídeo generándose un mayor riesgo de la enfermedad de Alzheimer. Esta proteína, llamada CCL2, es importante porque juega un papel en la formación de células inmunes a espacios de neuroinflamación. Actúa como respuesta inflamatoria dentro del cerebro o de la médula espinal.
Scott Weber dijo al respecto: «Tomamos los receptores variantes en cuestión y los colocamos en células para ver lo bien que se unirían a las citocinas. Pudimos ver que había niveles más altos de inflamación con los receptores de quimiocinas atípicos, lo que significa que tampoco eliminan la citocina inflamatoria. Y sabemos que los niveles más altos de esa citocina inflamatoria (CCL2) significan un mayor riesgo de Alzheimer«.
Aunque solo hay un no muy elevado grupo de pacientes con enfermedad de Alzheimer que tienen esta variante de receptor atípico, este trabajo abre nuevas oportunidades para que los científicos entiendan cómo esta población está en riesgo de aumentar la neuroinflamación y las posibilidades de incrementar los daños causados por al enfermedad. Una mejor comprensión de cómo funciona este receptor podría conducir a tratamientos efectivos que reducen los factores de riesgo para este grupo de personas.
Josue González dijo al respecto: «Fue emocionante descubrir que el receptor mutante se comportó de manera diferente a los que consideramos normales. Estos tipos de receptores no se han estudiado bien y el conocimiento que tenemos sobre ellos es limitado. Con este proyecto, hemos demostrado que estos receptores pueden ser una vía para controlar el desarrollo de enfermedades relacionadas con el sistema inmune y la neuroinflamación«.
Conclusión
Como podemos deducir el estudio lleva a unos resultados positivos, encaminados a combatir una enfermedad que afecta a una gran cantidad de personas, sobre todo cuando éstas llegan a una determinada edad.
