Con diferencias en el significado, la clasificación tipológica presente en el título de este artículo se puede aplicar a los internautas. Cada uno de nosotros puede ser englobado en alguna de las clases citadas. Solo tienes que leer lo que viene a continuación y descubrir de que va.
Un conocido instaló hace no mucho tiempo el acceso a Internet por cable en su casa. Su hijo mayor, de poco más de 20 años, ha puesto en acción su nuevo ordenador que, para no perder nada de su potencialidad, ha colocado en su dormitorio. Desde que tiene la conexión a Internet de banda ancha, hace ya tres meses, no ha apagado el ordenador. Sí, entendiste bien, duerme con el ordenador encendido. Ya está acostumbrado al monótono run run del ventilador y demás entresijos de la máquina. Y todo con un único fin, a pesar de que cada vez es más difícil encontrar algo que valga la pena: descargar, descargar…. Y llenar el disco duro y algún que otro DVD, de archivos. Un caso singular, ¿no crees?
Cuando se intenta hacer una clasificación de los seres humanos, atendiendo a su estructura corporal que, lógicamente, incide sobre la psique, podemos recurrir a la tipología que los distribuye en obesos, leptosomáticos y atléticos.
Obesos
Un internauta obeso es aquel que devora de forma compulsiva. Su única obsesión es acumular programas, juegos, mptres y divx en su ordenador, que en muchos casos nunca utilizará o visionará. Sus viajes por la Red se reducen a la visita a las obsoletas páginas warez, a la búsqueda de ftp’s piratas y, en muchos casos, a descubrir lugares que albergan pornografía. (De vez en cuando se pierden también navegando por los lugares más oscuros de las redes sociales). Su engorde se fundamenta en la acumulación incontrolada de alimento prohibido. Son individuos propensos al empacho y al vómito. Su mayor riesgo es que mueren por sobredosis.
Leptosomáticos
Le tiene miedo. No pasa de los quince minutos diarios (si se conecta). La Red le produce angustia y desasosiego. Se conforma con visitar la web de un periódico o, tal vez, aquella página que descubrió un día de casualidad. No utiliza los buscadores porque no sabe que existen o porque no valora su utilidad. No sabe el significado de descargar en su ordenador porque nunca se ha parado a pensar que en Internet se pueden conseguir programas de manera legal. Es el leptosomático, y sus viajes virtuales no gozan de la riqueza de matices que ofrece la red de redes (perdón por el tópico).
Atléticos
El uso que hace es racional y equilibrado. Tiene un conocimiento claro y preciso de lo que quiere. Sus intereses se centran en aspectos culturales y de conocimiento, aunque su atrevimiento le permite viajar sin cortapisas y descubrir nuevas emociones. Es atrevido e indagador. Al atlético no le importa abrir páginas prohibidas. En su querencia de aprender no escatima medios ni recursos. Utiliza todo lo que tiene a su disposición e Internet le ofrece. Hasta pasa parte de su tiempo publicando en el blog que mantiene o con el que colabora. Pero sabe que el uso excesivo produce adicción.
Pregunta
¿A qué grupo perteneces tú?
Yo pertenecería al grupo de los Atléticos.
Pero no soy tan, tan «atlética»… En general, casi todo me identifica. Pero soy un poco miedosa y no suelo entrar a páginas prohibidas o dudosas por temor a virus, o a las condiciones de privacidad.
Yo creo que el mejor ejemplo de «Atlético» sos vos, Fabriciano. Y gracias a que sos atrevido e indagador y compartís en tu blog, nosotros tus seguidores aprendemos muchísimo!!!
Gracias!!
Muchas gracias por tu comentario.
Reconozco que estoy en el grupo de los atléticos, pero ya no tengo la misma fuerza que en otros tiempos.
Saludos.