Obligatoriamente tiene que haber, por lo menos, un político honesto.
Teniendo en cuenta lo anterior y sabiendo que en cada pareja al menos uno es deshonesto, sólo puede haber una pareja, de entre todas las posibles, en que uno sea honesto. Si hubiera más de una pareja con un político honesto, al unir al azar los honestos de estas parejas, no se cumpliría el segundo principio: al menos uno es deshonesto.
Por tanto, en dicha convención hay 1 político honesto y 99 deshonestos.