La creencia de que la inteligencia está relacionada con el tamaño del cerebro quedó desechada cuando, se hizo la autopsia, al poco de morir, de Albert Einstein, en el año 1955. El tamaño de su cerebro era menor que la media, que el de personas que tenían una inteligencia inferior a la del padre de la Teoría de la Relatividad. La creencia cayó por tierra. Pero aún no se sabía que principios físicos marcaban el cociente intelectual.
Redes nerviosas e inteligencia
Martijn van den Heuvel, un neurocientífico de la University Medical Center Utrecht en los Países Bajos, descubrió que los cerebros de las personas con un alto nivel de inteligencia tienen un sistema de redes nerviosas que mantienen una conexión de gran eficiencia entre las neuronas. Este sistema permite que la transmisión de mensajes entre diversas partes del cerebro se efectúe en menos pasos.
Fibras neuronales e inteligencia
Otro factor que influye en el nivel intelectual es la calidad de la vaina aislante, de carácter graso, que da forma a las fibras neuronales. Cuanto mayor es la calidad de esta vaina más rápida es la transmisión de las corrientes nerviosas. Paul Thompson de la Universidad de California, en Los Ángeles, ha encontrado una correlación entre las vainas y el cociente intelectual. Lo dicho, mayor calidad en la vaina, mayor inteligencia.
Los genes y la inteligencia
Lo que no se sabe todavía es cuántos genes influyen en el desenvolvimiento de la inteligencia. Lo que si se sabe es que su influencia es mayor cuanto más envejecemos. Es posible que con el paso de los años, los genes contribuyan a la recuperación de conexiones nerviosas perdidas, lo que redunda en un incremento en el cociente intelectual.
Visto en NewScientist