Está demostrado que los niños aprenden rápido en comparación con los adultos. Sus cerebros absorben una gran cantidad de información en cortos periodos de tiempo. Las neuronas de los pequeños, además de incorporar nueva información con gran facilidad, también la retienen, sin importar la cantidad.
Un equipo de neurocientíficos de la Universidad de Regensburg en Alemania y la Universidad de Brown en los EE. UU. acaba de descubrir que es lo que hace que los cerebros jóvenes sean capaces de captar y asimilar nueva información. (Podemos ver la información en Current Biology).
Sobre el proceso de aprendizaje y retención de lo aprendido
Todo lo indicado se debe a la acción de una sustancia química denominada ácido gamma-aminobutírico, conocida como GABA, que convierte el cerebro de los niños en un potente receptor de informaciones nuevas. Aparece en los niños durante y después del aprendizaje.
Uno de los autores del estudio, Takeo Watanabe, psicólogo cognitivo de la Universidad de Brown, ha dicho lo siguiente: «A menudo se supone que los niños aprenden más eficientemente que los adultos, aunque el apoyo científico para esta suposición ha sido, en el mejor de los casos, débil«.
El estudio se llevó a cabo con 55 niños de 8 a 11 años y 56 adultos de 18 a 35 años. Se realizó en tres fases: antes de que comenzara la tarea de aprendizaje visual, durante el proceso de aprendizaje y después de que la actividad había terminado.
En los adultos los niveles de GABA se mantuvieron constantes durante todo el experimento, mientras que en los niños experimentaron notables cambios. Durante el aprendizaje en los niños los niveles de GABA crecieron, y permanecieron con las mismas cotas después del proceso.
A tener en cuenta
Tras conocer los niveles de GABA en los niños, el equipo de investigación efectuó experimentos de comportamiento para ver si esto era lo que permitía estabilizar el aprendizaje visual más rápidamente.
Los adultos necesitaban un período de enfriamiento de aproximadamente una hora para permitir la estabilización. Sin embargo, los niños pudieron aprender de nuevo en 10 minutos sin anular lo que habían aprendido previamente. En otras palabras, gracias a sus elevados niveles de GABA, están preparados de inmediato para un nuevo aprendizaje.
Los autores del estudio escribieron lo siguiente: «Encontramos que la resiliencia a la interferencia retrógrada y, por lo tanto, la estabilización se produjo minutos después de que terminó el entrenamiento en los niños, mientras que el aprendizaje estuvo en un estado frágil en los adultos durante al menos una hora después del entrenamiento«.
El psicólogo y neurocientífico cognitivo Sebastian Frank, otro de los autores del estudio, ha dicho al respecto: «Esta rápida estabilización del aprendizaje en los niños les permite aprender más elementos dentro de un período de tiempo determinado y hace que el aprendizaje sea más eficiente en los niños que en los adultos«.
Conclusión
La deducción extraída apunta a que GABA juegue un importante papel en el aprendizaje de los niños, contribuyendo a que sea eficiente. Aunque el estudio se llevó a cabo en el terreno visual, Takeo Watanabe apunta que podría generalizarse a otros tipos de aprendizaje relacionados con la memoria.
Visto lo visto, está claro que será posible buscar métodos para ayudar a los adultos a aprender de manera más eficiente. Watanabe dice que «se podría desarrollar una nueva tecnología o terapia para aumentar la cantidad de GABA en el cerebro de los adultos«.