Muchos de los delincuentes que actuaban (algunos aún siguen actuando) en la calle, robando bolsos, atracando a punta de navaja o con pistola, saqueando pisos, entre otras acciones, se han pasado a Internet. Ahora se llaman ciberdelincuentes y basan sus éxitos en la incapacidad de muchos usuarios de la red a protegerse contra sus ataques.
Organizaciones e individuos anónimos utilizan el engaño como método de captación de incautos. Si algún día aparece un mensaje en la pantalla de tu ordenador indicándote que éste ha sido secuestrado y que para volver a usarlo debes pagar una cierta cantidad de dinero, no caigas en la trampa, pagarás y tu ordenador seguirá estando inaccesible.
Los efectos del Ransomware
Por algún motivo, tras una decisión tomada erróneamente, se ha colado una porción de código en tu equipo y lo ha convertido en una máquina inútil. El Ransomware, así se llama este tipo de malware que infecta e inutiliza muchos ordenadores, se ha instalado y actuado de inmediato cifrando todos o la mayor parte de los datos almacenados en el disco duro.
Una muestra de ello la tenemos en las acciones del conocido Wannacry, que, a pesar de causar grandes males en el año 2017, aún sigue actuando, aunque sea en nuevas versiones. Los mensajes de correo electrónico y algunas páginas web infectadas (generalmente pertenecientes a los delincuentes) son los medios más utilizados para transmitir la infección.
Ante todo, protección
No nos cansamos de repetirlo una y mil veces: nunca hagas caso de los mensajes de correo electrónico que te invitan a acceder a una determinada página web o a descargar un archivo, pueden contener Ransomware.
No navegues por páginas de dudosa reputación. Utiliza navegadores que te protejan contra infecciones, como Google Chrome o Mozilla Firefox, complementados con extensiones o complementos como McAfee WebAdvisor.
Es también conveniente instalar un sistema de protección de altas prestaciones, una aplicación capaz de detectar y evitar los exploits.
Algunos consejos
Si queremos reforzar la protección debemos tener siempre actualizado el sistema operativo y el software de seguridad que empleemos. No está de más el activar un firewall o cortafuegos, y configurarlo perfectamente con el fin de solo permitir el acceso al ordenador de aplicaciones que no ocasionen problemas.
Otra de las cuestiones a tener en cuenta es la activación de un programa anti spam en el gestor de correo electrónico, que impida la llegada de correos dañinos a la bandeja de entrada. No abrir nunca archivos adjuntos cuando no se sabe con exactitud lo que contienen.
A la hora de navegar por Internet hay que hacerlo en páginas seguras, no acceder nunca a espacios de dudosa reputación. También, cuando se descarga algún programa de Internet, vigilar lo que se instala cuando se pone en acción. Tenerlo en cuenta así mismo con los documentos que contengan macros, aunque lo mejor es deshabilitarlas (las macros) en las suites informáticas que se ocupan de abrir dichos documentos.
Para evitar disgustos es conveniente el efectuar de vez en cuando copias de seguridad de los archivos importantes: documentos, imágenes, vídeos..
¿Cómo solucionar el desaguisado?
Si a pesar de todas las medidas, se cuela en tu ordenador uno de estos programas, no se te ocurra pagar nada al delincuente para que vuelva el equipo al estado anterior, nunca lo hará. En la mayoría de los casos no será capaz de hacerlo, ya que no podrá desencriptar lo que encriptó con el código Ransomware.
Solo te queda una solución, llevar el ordenador a un experto informático para que trate de recuperar lo que pueda. En muchos casos la única solución es formatear y volver a instalar todo de nuevo, pero esto no soluciona la pérdida de documentos, imágenes, vídeos y demás, entre lo que se incluyen las configuraciones.