Fuimos cuatro matrimonios amigos a disfrutar de una pulpada al restaurante A Laxa. El pulpo con cachelos estaba muy bueno, regado con Viña Albina Reserva de 1998 en los vasos. Comimos y bebimos.
En los postres, después de pedirle a Aser, el hijo de Isaac, el creador y primer propietario del restaurante, que me prestase tres cajas. Les propuse al resto de comensales un juego.
Este fue el juego
Introduje en una de las cajas, claro está sin que ellos lo viesen, un billete de 50 €. Hicimos un sorteo para ver quien participaba en el juego. Le tocó a César. Si conseguía el billete, era suyo. Si no lo conseguía, nos tenía que invitar a comer a mi esposa y a mí.
Le di dos opciones: elegir una caja y quedarse con su contenido o elegir una caja y, a partir de ahí, quedarme yo con una de las dos restantes. En ese momento, César podría quedarse con la que había elegido o con la que yo había dejado.
César sabía que el criterio que yo utilizaba, en el segundo caso, para elegir una de las dos cajas que quedaban era el siguiente:
- Si César había elegido la caja correcta, entonces yo elegía una cualquiera de las dos que quedaban.
- Si César no había elegido la caja correcta, entonces yo elegía, de las dos que quedaban, la que no tenía el billete.
¿Cuál de las dos opciones, para tener más probabilidades de éxito, debe seleccionar César? Si elige la segunda opción, ¿qué estrategia debe adoptar para tener más posibilidades de ganar?
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Solución
Los que no sean capaces de resolver el problema o quieran comprobar si su solución es válida, pueden leer lo que viene a continuación:
Si César elige la primera opción, la probabilidad de acierto es de 1/3. Si selecciona la segunda opción, tiene que tener en cuenta lo siguiente:
- Si se queda con la primera caja, la probabilidad es de 1/3.
- Si elige la caja que yo le dejo, la probabilidad es de 2/3 (si no ha elegido la caja correcta, yo le dejo la que tiene el billete).
NOTA FINAL: César, que es un chico muy listo, seleccionó la segunda opción: escogió la caja que yo le había dejado, pero… El billete estaba en la primera caja (cosas de la probabilidad). Al final tuvo que pagar los 33 € de las dos comidas: de mi esposa y mía. ¡Cosas del azar!