El curso ha finalizado y Felipe está muy feliz porque también ha cumplido un año más. Es un niño ingenioso y, como todos los niños, un poco revoltoso. Aún le quedan muchos pliegos de «papel charol». Recorta figuras iguales que representan las cifras de su edad. Llena la pared de su dormitorio con varias de estas figuras.
Después de finalizar su «trabajo» aún le quedan cinco figuras. Comprueba que con las tres primeras puede escribir su edad y la de su abuelo. Y, después de una sutil observación, se percata que con las otras dos puede escribir la edad de su bisabuelo.
Su madre entra en la habitación y, vista la pared, le dice: «Felipe, ¿cuándo llegarás a ser juicioso?».
¿Podrás, basándote en la creencia popular, responder a la madre de Felipe?
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