Es algo muy frecuente, más de lo normal, intentamos recordar algo y no somos capaces. Ocurre sobre todo a partir de una determinada edad, que no es la misma en todas las personas. Muchas veces la solución consiste en olvidarse momentáneamente del asunto, dejarlo para dentro de unos minutos, pero en ocasiones no es válido.
Investigación sobre la memoria
Según una investigación realizada en la Universidad de Waterloo hace ya algún tiempo, lo mejor para que nuestra memoria trabaje a pleno rendimiento es hacer un dibujo de un hecho o situación que no queremos olvidar y no tomar notas escritas.
Esto es lo que dice al respecto Myra Fernandes, profesora del Departamento de Psicología de la Universidad de Waterloo: «La memoria episódica (la retención de nueva información) generalmente disminuye a medida que las personas envejecen, debido al deterioro de las estructuras cerebrales críticas involucradas en la codificación y recuperación de la memoria, como el hipocampo y los lóbulos frontales. Sin embargo, sabemos que las regiones de procesamiento visuo-espacial del cerebro, involucradas en la representación de imágenes, están intactas en su mayoría en el envejecimiento normal. Dado esto, podemos decir que el dibujo podría ser particularmente beneficioso en esta población, ya que depende de las regiones cerebrales que están intactas en el envejecimiento del cerebro«.
Investigaciones que refuerzan el último estudio
Ya hubo investigaciones anteriores que refuerzan los resultados de este estudio. Anteriormente se efectuó un trabajo que indica que los estudiantes universitarios recordaban la información de las notas dibujadas mejor que las de las escritas. Además de los elementos en sí, también recordaban las definiciones de las palabras y los conceptos que las definían.
A tener en cuenta
En este último estudio se invitó a alumnos universitarios y a personas mayores a que recordasen un total de 30 palabras. No se les dijo que se trataba de una investigación relacionada con la memoria.
Tras leer cada palabra en voz alta, se invitaba a los participantes a que la escribiesen, dibujaran el objeto que representaba y, también, escribiesen adjetivos relacionados con dicha palabra. En el proceso se llevaron a cabo momentos de pausa con el fin de distraer a los participantes.
La última fase consistió en tratar de que cada participante recordase el mayor número de palabras posibles. Tantos los jóvenes como los mayores se acordaron de todas o casi todas las palabras que habían representado por medio de dibujos. Y fueron las personas mayores las que consiguieron mejores resultados.
Esto es lo que dice Myra Fernandes: «Hacer un dibujo de algunos comestibles que necesitas recoger más tarde, o de la comida que planeas preparar, debería servir para que esa información se recuerde mucho mejor después que si estuviera escrita. Además, el beneficio no parece depender de la capacidad artística de los participantes, ya que examinamos la calidad de los dibujos y encontramos que no estaba relacionada con el tamaño de las ganancias en la memoria«.
Conclusión
La conclusión es clara: hay que hacer dibujos para recordar un hecho u objeto, y éstos no tienen por que ser de alta calidad. Está claro que habrá que probar y ver si los resultados particulares coinciden con los que se mostraron en el estudio.