A pesar de que hay muy pocas cosas que nos sorprendan, ya son muchos los años que llevamos vividos, de vez en cuando la extrañeza se dibuja en nuestro rostro poniéndosenos los ojos como platos. Hoy, después de esbozar una sonrisa que desencadenó en carcajada, no hemos podido vencer nuestra resistencia. El causante de nuestro asombro se llama Pat Vaillancourt, un individuo de Québec, en Canadá, que ha batido un absurdo record mundial: ha tatuado sobre su cuerpo 10.000 URLs, o sea, direcciones de acceso a páginas web.
Alucinante, por no decir vergonzoso, por perder el tiempo en tamaña burrada. ¿Qué sentido tiene? Ninguno, pero el tal Pat no lo entiende así, y continúa con su afán de llenar su cuerpo de letras y números que, sobre la piel, no tienen razón de ser. Quiere llegar a las 100.000 URLs. Dice que, además de batir un record Guinness, pretende con su hazaña ayudar a la gente. ¿Cómo? Si eres el responsable de una web, le pagas a Pat 35 dólares y él se tatúa la URL de tu sitio en su cuerpo. ¿Para qué, si nadie la va a ver? El susodicho afirma que la incluirá en su espacio web: Back2Thelight. Afirma, que no confirma, que la mitad de lo que recaude lo donará a los necesitados de Haití y Somalia.
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