Moverse por las alturas, en los picos de las montañas, con el vacío a los pies, es sólo para intrépidos. Alojarse en el interior de un refugio en forma de tubo, colocado sobre una roca saliente, está pensado para seres sobrenaturales, para los que desprecian el riesgo, para los que aman el vértigo. En este grupo se encuentran los responsables y los socios del Club Alpino Italiano de Torino. Ellos son los artífices del refugio, diseñado por los arquitectos de LEAPfactory.
La colocación del refugio tiene sus complicaciones. Construido en la factoría, se depositó y asentó sobre la roca utilizando un helicóptero. Con el fin de que los alpinistas lo distingan a distancia, unos dibujos de color rojo adornan uno de los extremos de la estructura. En su interior se encuentran una sala de estar con una mesa de comedor y una cocina integrada. Las literas y los armarios están en la parte posterior del tubo.
Algo que debemos destacar es el enorme ventanal que permite observar el exterior desde el interior. Incluye un equipo de predicción meteorológica que sirve para saber el tiempo que hace y el que va a hacer. Existe también un espacio reservado, en forma de búnker, para alojarse cuando las condiciones climáticas son extremas.
Visto en Dezeen Magazine