Está claro que todos los excesos son malos. Y la obesidad está provocada, dicen y se ha dicho hasta ahora, por una alimentación descontrolada y excesiva, abusando de alimentos con alto contenido en grasas e hidratos de carbono. Importantes regiones de nuestro cerebro, en las que residen funciones del conocimiento, tienen un tamaño más pequeño en las personas obesas. Esta reducción, además de trastornos cognitivos, aumenta los riesgos de demencia. Son los resultados de una serie de estudios realizados por un grupo de científicos, que aparecen reflejados en un artículo, publicado hace ya algún tiempo en New Scientist.
Estudio experimental
El estudio se llevó a cabo con un grupo de 94 personas. Las más obesas tenían su cerebro de menor tamaño que el resto. Los cerebros de 51 de estas personas, con sobrepeso, eran un 6% más pequeño que el de las personas de peso normal. Las 14 personas del grupo de las obesas tenían su cerebro un 8% más pequeño. El cerebro de las personas con sobrepeso era, en apariencia, ocho años más viejo que el de las personas de peso normal, y el de las obesas era 16 años más viejo.
¿Qué es antes…?
Uno de los científicos ha afirmado que no se sabe, después de ver los resultados del estudio, «si fue antes la gallina o el huevo». Que se sabe que la reducción de tamaño en los lóbulos frontal y temporal impiden el control total de la conducta alimentaria y el metabolismo, lo que provoca aumento de peso.
Investigación abierta
Lo que tendrán que hacer ahora los investigadores y estudiosos es dar una respuesta acertada a la duda planteada. ¿Es la alimentación inadecuada la que provoca la obesidad y de rebote la disminución de tamaño del cerebro, o es la disminución de tamaño del cerebro la que provoca la obesidad? La respuesta a esta pregunta servirá, en el caso de que sea válida la segunda opción, para averiguar las causas de la disminución del tamaño del cerebro que, obviamente, no es la obesidad pero que sí la provoca.