Cada vez hay que establecer más controles a la hora de utilizar Internet. Son muchos los que intentan robar los datos de los usuarios de la red de redes empleando diferentes sistemas. En los centros educativos la ciberseguridad no está totalmente controlada, y tendría que estarlo.
A pesar de que hoy los ordenadores y demás sistemas utilizados en centros de primaria, secundaria y en universidades han evolucionado notablemente, aún no alcanzan lo requerido en determinados aspectos. Es necesario habilitar métodos que inciden en la protección.
Establecer filtros de conexión
En la mayoría de las universidades, y a menor escala en centros de primaria y secundaria, los alumnos se conectan a Internet por medio de ordenadores y de dispositivos móviles. Son muy pocos los casos en los que estos elementos de conexión están protegidos con aplicaciones antivirus. Tampoco tienen instalado un sistema VPN que impida que personas ajenas vigilen y tomen nota de todo lo que se comparte, incluyendo datos personales.
Por ejemplo, si un alumno se conecta a la red WiFi de un centro educativo con un teléfono móvil infectado, puede transmitir la infección a la mayoría de los dispositivos que se encuentren en la misma red, tal como nos hacen saber en Panda Mediacenter.
Son muchos los profesores que obligan a sus alumnos a que se conecten a Internet para recibir sus lecciones. Cada vez se hace con mayor intensidad. De ahí la obligatoriedad de que estas conexiones estén protegidas.
Problemas de seguridad
El establecer unos potentes filtros en las conexiones es totalmente necesario. Si no se hace, cualquiera, ajeno o no al centro educativo, puede suplantar la identidad de un alumno determinado.
Cuando se utilizan servicios en la nube hay que tener mucho cuidado. Tanto los profesores como los alumnos están expuestos a que se les roben los accesos. Ello conduce a filtraciones de datos, lo que trae consigo alteraciones notables en el desenvolvimiento educativo.
Hay que poner todos los medios disponibles para evitar que los datos personales de los menores puedan ser sustraídos. Si no se hace, se corren riesgos que pueden desencadenar consecuencias fatales.
El robo de información del centro educativo es otro de los aspectos a tomar en consideración. No se pueden poner a la luz datos de cuentas bancarias, entre otros posibles. Solo hay que hacer la búsqueda adecuada en Google, por ejemplo escribiendo «hack colegio» y ver los resultados obtenidos, más de cuatro millones.
Otro de los aspectos a tener en cuenta es el que se refiere a la exposición de los alumnos en fotos y vídeos en redes sociales. Hay que tener en cuenta que cualquier persona puede ver esos elementos y, según los casos, provocar daños en los estudiantes.
Proteger a los menores
Cada vez son más los niños y adolescentes que utilizan dispositivos móviles, sobre todo teléfonos. Si los padres se los dejan utilizar sin restricciones porque en el centro educativo así se lo requieren, los riesgos se multiplican. Es obligado el activar el control parental con el fin de evitar disgustos.
A los estudiantes hay que enseñarles a manejar ordenadores y dispositivos móviles, indicándoles que la protección ocupa un lugar privilegiado. Si no se hace, podemos intuir las consecuencias.