Los robles son árboles milenarios y las torres también, pero lo que no es normal es que ambos, robles y torre, se fundan conformando una simbiosis singular. A pesar de ello, nada es imposible. Una muestra de ello la tenemos en Italia, en la Toscana, exactamente en la ciudad de Lucca, en donde la Torre Guinigi, destaca sobre el resto de los edificios de piedra, mostrando su esplendor por encima de los tejados. En la parte superior de esta torre de cerca de 45 metros de altura hay un jardín especial, con siete robles como estrellas vegetales.
Robles y torre
Es extraño que exista tal combinación, que sobre una torre construida hace cerca de siete siglos vivan sin problemas estos árboles, hermanos de nuestros carballos gallegos. La torre fue construida en el siglo XIV. Es la única que sobrevivió en la ciudad al paso de los años. Sus artífices pertenecían a la familia que le da nombre, los Guinigi, la más poderosa de la ciudad. Era la torre más alta (hubo otras de menor altura, ya desaparecidas), como marcaban los cánones: altura y poder son sinónimos en este particular terreno, el que adorna a los que mandan (o mandaban).
El último descendiente de la familia Guinigi regaló la torre y el palacio que se encuentra en su base a la ciudad de Lucca. En el transcurrir de los años hubo que replantar los robles porque el tiempo los fue matando. Se dice que la familia los plantó con el fin de representar la renovación y el renacimiento.
El que fueran siete los robles plantados en la cima de la torre tiene su sentido: siete eran los hermanos Guinigi. La historia de la ciudad está íntimamente unida a la familia, y la torre está plagada de notables episodios, en los que anidan la leyenda. A pesar de esa historia, salpicada de episodios violentos, la torre y los robles han sobrevivido, dándole un toque muy especial a la ciudad de Lucca.
Hemos encontrado la foto que os ofrecemos (hay algunas más) y los datos de la historia en Kuriositas.