Aunque parezca un descubrimiento sorprendente no es así. No es la primera vez que hablamos del impacto de los microplásticos en el mundo actual. Algo muy sorprendente acaba de surgir como resultado de una investigación publicada en Science of the Total Environment.
Son varios los investigadores que saben desde hace mucho tiempo que los micro y nanoplásticos que se alojan en el medio ambiente por medio de la oxidación y degradación natural de un notable número de productos de consumo, se depositan en el cuerpo humano a través de la absorción de componentes, de la comida y de la inhalación.
Las acciones de los microplásticos
Además de lo indicado, los investigadores han llegado a la conclusión de que los microplásticos también pueden atravesar la pared placentaria y depositarse en los tejidos fetales. Los investigadores de la Universidad Rutgers Health han descubierto que los citados elementos se trasladan a los fetos humanos, tras haber centrado la investigación en las ratas.
Phoebe A. Stapleton, profesora adjunta de farmacología y toxicología en la Facultad de Farmacia Ernest Mario de Rutgers y directora del estudio ha dicho lo siguiente: «Nadie quiere tener plástico en el hígado. Ahora que sabemos que está ahí, así como en otros órganos, el siguiente paso es entender por qué y qué significa eso«.
Resultados de la investigación en ratas y ratones
Stapleton y sus ayudantes trabajaron exponiendo a seis ratas a polvo plástico procedente de productos alimenticios utilizando un aerosol. Lo hicieron durante diez días en el periodo de embarazo. Se sabe que los roedores poseen, lo mismo que los seres humanos, una placenta hemocorial, lo que significa que la sangre materna y la fetal no entran en contacto directo durante la circulación.
Tras dejar pasar dos semanas desde el nacimiento se comprobó la exposición de micro y nanoplásticos en dos ratas recién nacidas, un macho y una hembra. Se descubrió que ambos alojaban el mismo tipo de microplásticos que habían inhalado sus madres. Se encontraron en el tejido pulmonar, hepático, renal, cardíaco y cerebral de las crías.
Está claro que los micro y nanoplásticos son un gran peligro, presente en el medio ambiente. Los investigadores dijeron al respecto: «Estos resultados plantean inquietudes sobre los impactos toxicológicos asociados con la exposición a las MNP (micro y nanoplásticos), la salud materno-fetal y la deposición sistémica de partículas de MNP«.
Conclusión
Está claro que habrá que seguir investigando. Es evidente que habrá que establecer una serie de pautas, centradas en la eliminación de estos elementos, con el fin de evitar que los tejidos humanos se contaminen de forma irreversible.
Aunque no se sabe aún con certeza cuáles son los males producidos en la salud humana, los investigadores tendrán que continuar con el trabajo, centrado en el descubrimiento de en que estos productos afectan a la salud. Los reguladores de las normas, los políticos, deberán arbitrar las medidas necesarias para conseguir lo que sea necesario para evitar estos males.