Es la conclusión a la que han llegado un grupo de investigadores de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, después de analizar los resultados que sobre pensamientos, sentimientos y otros actos se mostraron en una aplicación del iPhone. Unos más y otros menos nos dedicamos a dejar que nuestra mente viaje por lugares oscuros, por espacios sumidos en la penumbra. A todos nos gusta elucubrar de vez en cuando, es decir, utilizar la meditación y la imaginación sin mucho fundamento.
La mente humana es propensa a perderse en aguas turbulentas, a ir de un lugar a otro sin sentido, lo que produce infelicidad. Los investigadores argumentan que no tiene mucho sentido pensar en cosas que no están sucediendo, gastar energías en algo que es totalmente imprevisible. Los seres humanos ocupamos mucho tiempo pensando en el pasado (se acrecienta con los años), intentando adivinar lo que ocurrirá en un futuro próximo y hasta intentando dilucidar las consecuencias de hechos que nunca han ocurrido ni ocurrirán.
Cuanto mayor sea el grado de distracción de nuestra mente, viajar por complicados recovecos, mayor es el grado de pérdida de felicidad. Si perdemos la noción de la realidad, de lo que está ocurriendo, dejamos de implicarnos en lo que estamos haciendo. «Vivir el presente» es fundamental para la felicidad. Cuando la mente viaja sin rumbo se producen emociones negativas.
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