El establecer los criterios para una clasificación implica siempre grandes dificultades, siendo aún más complicado si los entes a agrupar o categorizar pertenecen a la especie humana. Cuando la clasificación se efectúa sin utilizar parámetros científicos, en ocasiones sin una plena evaluación objetiva, es todavía más difícil. A pesar de ello nos atrevemos a hacer la propuesta.
La caza y el cazo
La caza es un deporte (o no) que se practica con arma o sin ella. Los cazadores son siempre eventuales ya que deben respetar los periodos de veda. Sus trofeos son producto de la precisión y la puntería. La inclusión en este grupo no es gratuita, hay que demostrar que el individuo la practica siempre que existe la posibilidad.
El cazo (poner el cazo) no se puede englobar en el grupo de los deportes. Decían ya los filósofos de la antigua Grecia que en todo ser humano hay un conjunto neuronal que lo anima, aunque sea ocasionalmente, a poner el cazo con el fin de acrecentar su riqueza sin esfuerzo. Los individuos englobados en esta categoría no son los citados por los sabios griegos (ya que sino estaríamos todos) sino los que se dedican en un periodo de su vida, el más largo posible si las circunstancias lo permiten, a la acumulación de bienes utilizando técnicas reprobables.
La Naturaleza
La ecología, como todos sabemos, tiene un amplio campo de actuación. El ecologista auténtico no es el que proclama a diestro y siniestro que estamos destruyendo la naturaleza sino el que se abraza con ella, disfruta paseando por el monte, por los bosques, a la orilla de los ríos y del mar, y es incapaz de arrancar ni una débil margarita de su entorno natural.
Conclusión
Son los tres grupos o categorías que propongo después de observar los últimos acontecimientos que salpican la actualidad, no solo de nuestro país, sino de toda la Tierra. Los depredadores, sobre todo los del cazo, hacen más ruido que el resto. Los medios nos descubren cada día nuevas hazañas de los pertenecientes a este grupo. Desde hace mucho tiempo, demasiado, la prensa se hace eco de las actuaciones de la justicia en España, informando sobre los numerosos casos abiertos por corrupción, con varios políticos incluidos en las investigaciones.
Y aún hay más. Hasta no hace mucho, al menos en mi país, en España, los que se dedican (dedicaban) a la política se respetaban, a pesar de ocuparse en formular preguntas de difícil solución a sus rivales, que no sirven para resolver los problemas latentes, que solo son válidas para perder el tiempo y engañar a la ciudadanía. Pero por lo visto hoy mismo en el Congreso este respeto se ha perdido. Los insultos han convertido la sesión matinal en una réplica de lo que ocurre entre personas sin formación. ¿Qué clase tienen estos políticos, qué es lo que pretenden? La tensión premia por doquier, y la ciudadanía sigue aguantando… (No solo vale criticar al rival y no mostrar soluciones a lo que él no fue capaz de resolver).