Están a nuestro lado todo el día, y en algunos casos también por la noche, depositados sobre la mesilla de noche. Me refiero a los teléfonos móviles, esos dispositivos que han pasado a formar parte de nuestras vidas. Tienen muchas cosas buenas y también algunas malas, que pueden afectar a nuestra salud física. Y no me refiero a la Nomophobia…
Se habla de que, sobre todos los niños, no deben pasar demasiado tiempo delante de la pantalla de cualquier dispositivo. También se dice que estos aparatos pueden ser capaces de producir cáncer. Sobre lo uno y lo otro existen varias teorías, algunas que confirman lo indicado y otras que advierten de que no hay que ser tan alarmistas.
Lo que no se puede saber todavía con certeza son los males que pueden producir porque aún no han pasado suficientes años, desde su aparición, para valorar las consecuencias. Es evidente que producen radiaciones, similares a las de otros objetos, y como consecuencia de ello hay que valorar su impacto.
Sobre las radiaciones
Cuando hablamos de radiaciones en general, sabemos que existen varios tipos. La radiación que genera energía electromagnética, la producida en los teléfonos móviles, se engloba en dos grandes grupos: la ionizante y la no ionizante.
Dentro del espectro que engloba este tipo de radiación se encuentra, en el rango inferior la que posee una frecuencia muy baja, la denominada ELF, que es no ionizante. En el extremo opuesto se localiza la que genera rayos X y rayos gamma, que es altamente ionizante.
Todas las radiaciones dependen de la frecuencia de su longitud de onda. Cuanto mayor es ésta se produce una radiación de mayor intensidad. Ello significa que no todas las radiaciones son malas. La luz, por ejemplo, no es nociva, ya que su frecuencia está en un rango intermedio. Lo que sí es peligroso es someterse a una luz excesiva durante muchas horas, como es tomar el sol sin ton ni son.
¿Qué ocurre con la radiación en los teléfonos móviles?
Los teléfonos móviles emiten señales encuadradas en el grupo de las radiaciones no ionizantes. Ello no quiere decir que no entrañen riesgos, ya que estas radiaciones se generan al lado de la cabeza de los usuarios, lo que trae consigo que el cerebro absorba una energía insalubre. Si no se abusa en el uso del teléfono, el cuerpo no se ve afectado, pero no podemos decir lo mismo si se hace justo lo contrario.
Lo que sí pueden causar los teléfonos móviles es cáncer, aunque todavía hay que seguir investigando en ese campo y no ser alarmistas. Además, está claro, que no todos los teléfonos móviles producen radiaciones con la misma intensidad. Cada modelo actúa de manera diferente.
A tener en cuenta
Con el fin de evitar los posibles daños producidos por los teléfonos móviles es conveniente tener en cuenta los consejos siguientes: evitar el contacto corporal, reducir el tiempo que se pasa hablando por teléfono, no usar el móvil cuando la señal es baja, utilizar fundas que no tengan metales, activar el modo avión cuando no esté en uso el dispositivo, y mantener el teléfono en una habitación distinta de la que se duerme en modo avión o apagado.
Fuente: Panda Mediacenter