Y tengo un dilema, ¿utilizo o no utilizo mi derecho al voto? Visto lo visto, y más después de oír lo que los candidatos y allegados dicen en sus discursos, no sé que hacer. Unos y otros no son capaces de explicarme a mi y al resto de los españoles lo que van hacer (que no siempre significa que sean capaces de hacerlo), ya que sólo se dedican a descalificar al contrario. Destruyen en vez de construir. Enrarecen más el aire, el ambiente, que ya está bastante emponzoñado.
Hablo, comento, pregunto, indago… y amigos y conocidos piensan, salvo raras excepciones, más o menos lo mismo que yo: la clase política está tan devaluada que no se merece nuestra aquiescencia, es decir, que les demos el voto. Y lo peor no es que no cumplan lo que prometen, ya que esa es una razón de ser, sino que prometen lo imposible y acusan a sus rivales de su ineptitud, de que no fueron capaces de llevar a buen fin los cambios necesarios para el progreso (aunque estos cambios hubiera que realizarlos hace diez o más años, como proclaman algunos en tono crítico e inquisidor, cuando ellos no gobernaban, claro está). No les importa el presente (ni el futuro, porque sin presente no hay futuro).
Por ello estoy en la duda, ¿voy o no voy a votar el próximo día 22? Si por fin decido ir, para dignificar mi talante de demócrata, dudaré que introducir en el sobre. Sobre eso también se me plantea un dilema, introducir un sobre sin papeleta en su interior o meter dentro del sobre una papeleta en la que destaque la palabra HONRADEZ.