Debemos ser comedidos en todo lo que hacemos y en el uso que le damos a objetos y demás. El abuso nunca es bueno. Son muchos los que saben cuales son las consecuencias de una noche de farra o juerga, o los efectos que produce una borrachera.
No vamos ahora a prolongar la lista, porque no es la cuestión. Aunque, eso sí, nos vamos a referir a algo que tiene mucho que ver con lo anterior. Hace más de diez años descubrimos, tras leer un artículo en The Lancet, lo que le pasó a una joven de 34 años tras excederse en el uso de esa app para dispositivos móviles, conocida con el nombre de WhatsApp.
Si WhatsApp se utilizaba en el año 2014, no digamos ahora. Son muchas las personas que se sienten subyugadas por esta aplicación y otras, como es el caso de Facebook y de Instagram. No solo las utilizan en su casa sino que también cuando caminan por la calle, o están sentadas en un bar, y van pendientes de los mensajes que reciben y de los que tienen que enviar.
Así fue…
El episodio al que nos referimos ocurrió en diciembre del año 2014. La chica, embarazada de 27 semanas y trabajadora en un hospital, salió hacia su casa, después de estar de guardia. Notó un fuerte dolor en su muñeca, tal vez provocado por los trabajos realizados, pero no le dio importancia.
Llegó a su hogar y, de inmediato, se puso a responder a los mensajes de felicitación que tenía acumulados en su móvil. Hizo que el dispositivo y el WhatsApp echasen humo. Dicen que fueron seis horas de envíos, de pulsaciones sobre el teclado virtual que se dibujaba sobre la pantalla. Sin pausa, sin descanso, y con el dolor intensificándose en su muñeca, pero sin importarle. Había que cumplir con todo el mundo.
El primer caso de WhatsAppitis
El dolor se expandió por la mano, haciéndose fuerte en el dedo pulgar. A pesar de todo, aguantó el tormento en la extremidad y repitió el episodio al día siguiente. Y todo se vino abajo. Los médicos le recetaron algún que otro inflamatorio y le prohibieron utilizar su móvil durante un largo periodo de tiempo.
Los responsables de la web en la que leí la reseña bautizaron la nueva enfermedad con el sugestivo nombre de WhatsAppitis. Es el primer caso conocido de tendinitis provocada por el uso excesivo del teléfono móvil, en especial de una de sus aplicaciones estrellas, de WhatsApp, pero seguro que hay y habrá más. No hay dudas al respecto.
Conclusión
Si escribimos WhatsAppitis en la caja de búsqueda de Google, veremos que hay una notable cantidad de resultados. Entre las diferentes publicaciones podemos encontrar unas cuantas que nos definen este mal: tendinitis del pulgar por exceso de uso del mismo sobre la pantalla del móvil.
Si utilizas mucho el móvil, sin controlar el tiempo de actividad, ya sabes los riesgos que corres. Ten cuidado si no quieres estar sometido a dolores de alta intensidad. Aunque el nombre del daño es un derivado de WhatsApp, en realidad es el uso del móvil el que lo produce, sea o no utilizando la aplicación de mensajería.
Fuente: The Lancet